Podemos tenía una buena oportunidad, con lo de Madrid y la regla de gasto, de difundir el discurso de que toda la cuestión de Cataluña no se trata sólo de algo particular de Cataluña, sino que va mucho más allá, siendo la soberanía algo que debe ejercerse a varios niveles, y así contrarrestar el discurso dominante sin entrar en terrenos en los que Podemos saldrá mal parado. En vez de eso se baja la cabeza y, sí, se lanza el mismo discurso que en Cataluña de que todo se solucionará cuando lleguemos al gobierno del estado, procastrinando las medidas que podrían aplicarse desde los ayuntamientos del cambio. Y es que he estado observando un cierto desprecio hacia las políticas municipalistas, e incluso insulares y autonómicas, y una incomprensión de las posibilidades de las mismas, pero claro, a nivel municipal no basta con tener un logo que enganche, requiere más un trabajo de base y asentarlo en el territorio, no basta con el empuje estatal, y eso puede hacer tambalear un partido tan jerárquico.
Lo curioso es que a nivel local, sí se ha logrado que hasta el PP termine votando a favor de mociones donde se critica la regla de gasto.
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