Como persona de izquierda, obviamente me opongo a la monarquía como forma de gobierno, por muy parlamentaria que sea, y más aún en el caso como el que aquí nos toca, el Estado español, en el que vivimos bajo un sistema monárquico-democrático (Sic.) nacido de una dictadura fascista. Efectivamente, cuando a la burguesía española sustentadora del régimen franquista se da cuenta que dicho modelo de estado ya no le era válido para el desarrollo de sus intereses, optó por una Transición donde cambiase todo para que todo siguiese igual, de modo que permitiera una inserción del capitalismo español en el marco Europeo occidental. Una Transición realizada desde arriba, por el propio poder y aparato de estado franquista y que, lejos de ser el paradigma de limpieza y perfección que nos venden quienes reescriben la historia, se caracterizó por un amplio despliegue de la represión contra los movimientos sociales en auge. Ya lo habían hecho con anterioridad, en 1936, ante la fuerza que estaba adquiriendo el movimiento obrero y las políticas progresistas del Frente Popular, la burguesía y la oligarquía optaron por la vía a la que recurren cuando temen perder el poder: el golpe de estado y el fascismo.
Sin embargo, no creo que una república en sí misma, sea española o canaria, vaya a ser la solución. EEUU o Francia son repúblicas, y la misma Segunda República Española fue una república burguesa que llegó a tener sus gobiernos de derechas. El 14 de abril sí, fue un avance, y un avance inconcluso debido a que fue abortado por el fascismo, pero no fue por lo que lucharon muchos de los antifascistas asesinados por el franquismo. Siendo consecuentes con sus ideas, durante los años 30 los comunistas se mantuvieron críticos con lo que no era otra cosa que una república burguesa, fue ante la amenaza de la involución y la barbarie fascista por lo que finalmente tuvieron que defender la república, una república burguesa que la burguesía decidió destruir.
Es nuestro deber recordar la experiencia republicana, y yo siempre he respetado la bandera tricolor española de la Segunda República (al igual que respeto las banderas de otras repúblicas como Cuba o la RASD), pero no podemos crear el “mito nacional” (español) del 14 de abril. No se trata de volver a la Constitución de 1931, se trata de construir algo nuevo, se pide “Tercera República”, pero en Venezuela han tenido que crear la Quinta, y posiblemente en algún momento sea necesaria la Sexta. Al final olvidamos cual debe ser nuestro objetivo, la revolución socialista, y las repúblicas sólo pueden ser el instrumento para la misma. Y de eso mismo se trata, de dotarnos del instrumento que lleve a la liberación de los sectores populares de la sociedad y que ponga fin a la explotación del ser humano por el ser humano, y para ello es preciso también poner fin a la opresión nacional y la opresión colonial, con las cuales resulta imposible la construcción del socialismo. Y obviamente, será sin reyes.
Por todo ello:
¡Viva la República (Socialista Canaria)!
