La campaña que algunos están haciendo hoy contra Yolanda Díaz me recuerda a la que hicieron otros en su día contra Irene Montero. Quienes hicieron la campaña contra Irene no eran yolandistas, pero quienes la hacen contra Yolanda sí son irenistas.
Lo que llegó a ser en su día uno de los proyectos más interesantes de la izquierda en el Estado español hoy se ha terminado convirtiendo en un video-podcast sectarista y personalista, donde quedan los fieles al líder y en el que bajo la fachada de proclamas pseudo-revolucinarias no hay nada, sólo pose. Dicho de otro modo, Podemos habría podido fácilmente plantear votar la investidura y quedarse fuera del gobierno desde un planteamiento crítico, como oposición de izquierda al mismo y apoyando aquellas políticas más progresistas. Pero en realidad Podemos se ha salido del proyecto Sumar no por discrepancias ideológicas, sino por mero reparto de sillones. Si a Podemos, o más concretamente, a Irene Montero, le hubiese tocado un ministerio, este nuevo gobierno de coalición habría vuelto a ser "el más progresista de la Historia" y no una "traición a la izquierda".
Una pena, habiendo sido Pablo Iglesias uno de los líderes más interesantes que pudimos tener, actualmente ya no despierta esa ilusión, todo es mera pose que contradice lo que en su día llegó a sostener. Ahora toca señalar a Yolanda Díaz como la gran traidora, y después de unos días atacando a Nacho Álvarez, los mismos que lo atacaron por supuesto yolandista lo presentan como víctima de Yolanda.
Una pena, en serio.
