Comparto este texto de Jim Jam (mantengo el pseudónimo que usa en redes, entre otras cosas porque desconozco su apellido - luego ya si acabo de recordar su nombre, pues ya había aparecido en este blog al haber participado en el programa de radio Frente a Frente, se trata de Jaime Hernándes), palmero residente en Euskadi, pues lo considero de especial interés.
Como alguien que trabajó en una residencia escolar con menores ¿Cuándo vamos a abrir el melón de que en realidad muchos (no todos) de esos «menores conflictivos» (la gran mayoría nativos, ojo) tienen actitudes y discursitos afines a la ultraderecha? en cierto modo son los «perdedores» del sistema, pero han internalizado en su carne sus lecciones, dispuestos a sobresalir «exitosos» pisoteando a los demás, justificándose en un darwinismo social simplón. No se sienten «impunemente amparados por los progres» como dice la ultraderecha, más bien los desprecian tanto como ellos, porque «lo progre» impugna la pecera socioeconómica en la que estos pececillos acostumbran a nadar. Que el primero machaque al penúltimo les importa poco mientras encuentren ese último al que machacar: de niños contra el maric0n, contra el gafotas, contra la gorda de la clase; de adultos ingresando en la policía, el ejército, en la seguridad privada, de narcotraficantes o de chulos (el polo de lo legal o ilegal les da igual mientras se identifiquen con la figura de sometimiento violento). Hay que ser conscientes de la retroalimentación de la ultraderecha con *ciertas* actitudes «lumpen» juveniles, igual que la retroalimentación que hay con el fundamentalismo religioso violento. Parecen adversarios solo dentro del lenguaje bélico, pero es solo eso: mera apariencia. Son solo peces enfrentados en una misma pecera estrecha (esta pecera son las leyes de hierro de la competencia del mercado, es lo que hay que cambiar, porque si no seguirán reproduciéndose *socialmente* los mismos depredadores) en la que se entienden perfectamente.
PD: espero que no se interprete esto como una criminalización «de izquierdas» de los jóvenes en situación de exclusión. Recalco lo del contexto socioeconómico.
PD2: esto no es un estudio exhaustivo de nada sino una experiencia muy subjetiva, a lo mejor vale para los jóvenes de Tenerife en el periodo 2006-2011 pero para ningún otro caso más, ni idea.
