No hay ocultación de datos

Imagen: Redacción Médica

Es cierto que hay datos incompletos y falta información sobre algunas cuestiones, pareciendo que se debe más a que no cuentan aún con dicha información que a una ocultación deliberada. Pero también he escuchado a mucha gente decir "es que no nos dan los datos de" o "faltan los datos de", difundiendo dichos rumores sin comprobar si realmente faltan esos datos o no. De hecho, ya me he encontrado a gente reclamando datos "ocultos" que ya han sido publicados tanto en fuentes oficiales como en medios de comunicación.

He encontrado a gente decir que no dan datos de cuántos test se están haciendo en La Palma, cuando Mercedes Coello diariamente comunica esos datos de una forma que a mí me parece clara y detallada. Habrá gente a la que le parezcan insuficientes ¿qué más quieren? ¿el nombre y la dirección de las personas a las que se les ha hecho el test? Eso sería ilegal.

También a gente decir que en el Estado español no se está contando ninguna de las personas fallecidas en residencias, cuando ya hay datos publicados al respecto, sólo que es muy probable que falten y la cifra sea mayor.

Y también he leído a gente afirmar que no se sabe la sobremortalidad cuando estos datos también están siendo publicados, basta con buscar MoMo.

¿Faltan datos? Así es, y está reconocido por las autoridades, pero no está habiendo una ocultación masiva deliberada.

Pero por otro lado, quienes exigen datos detallados al mínimo luego publican "no doy permiso a Facebook para que use mi información" o alertan si el gobierno, Soros o Elvis Presley nos están espiando y "yo no quiero ser ningún dato, soy una persona individual, autosuficiente y solipsista".

A ver...

¿Por qué los fachas confunden "a ver" y "haber"? No estoy de acuerdo con los postmodernos que defienden el carácter preformativo del lenguaje, al contrario, es la experiencia socialmente construida la que dota de significado a los significantes. Tampoco el pensamiento reproduce las formas del lenguaje a la manera de una caverna de Platón, más bien al contrario, el lenguaje puede ser indicativo de ciertas formas de pensar.

Porque "haber" por "a ver" no es un simple error ortográfico como pueden haber muchos otros que sí lo son. Quienes usan "haber" por "a ver", cuando escriben ver, de usar los ojos, cuando dicen "veo", sí lo escriben bien, conocen el verbo y cómo se escribe. También conocen el verbo "haber", puede que tengan algún error a la hora de conjugar ambos verbos, pero en otros contextos sí saben usarlos. ¿Por qué en una discusión o a la hora de exponer su posición o punto de vista utilizan "haber"? Porque no están diciendo lo que tú y yo decimos con "a ver", es decir, párate, vamos a observar esto con detenimiento, o "observa esto". No, ellos usan "haber" porque son cerrados de mollera y están diciendo realmente "haber", incluso cuando hablan en voz alta (sólo que cuando se expresan así no podamos darnos cuenta). Están diciendo "haber", porque "es lo que hay", su verdad en indiscutible y no hay nada que observar, no hay nada que analizar. Haber - - > Hay; es esto.

Cencerradas, charivaris y malgareos

Entre tantas cosas en tiempos difíciles, permítanme que comparta también otras cuestiones que sirva para un poco de distensión.

Cuando leyendo encuentro que cosas que había pensado hace unos años, ya habían sido escritas muchos años antes. En Costumbres en común de EP Thompson, el capítulo dedicado a las "cencerradas" (nombre en castellano de Castilla), episodios análogos al "malgareo" (nombre dado en El Hierro) en Canarias.

Este tipo de prácticas, a medio camino entre la justicia popular y el linchamiento, que atacaba a quienes cometían una injusticia o a algún poderoso que abusaba del poder, pero también a quienes se subvertían la rígida moral sexual (en algún caso, una mujer que trabajaba de criada en casa de algún ricachón fue violada, quedando embarazada y sufriendo el repudio en su pueblo del que hubo de marcharse), desaparecieron en Canarias hacia los años sesenta, si bien en esa época ya no estaban tan extendidas y eran episodios ocasionales (en Inglaterra, que es donde se centra Thompson, ya habían desaparecido a inicios del siglo XX). Desaparecieron tras los choques de uno de estos grupos con la Guardia Civil, que se ensañó golpeando a sus practicantes. Un choque entre dos formas de represión, una popular y otra institucionalizada, pero represión las dos, al fin y al cabo. Una pugna por el monopolio de la violencia legítima.