He de reconocer que fui uno de los escépticos cuando se convocó la manifestación del 15 de mayo de 2011. No era la primera vez que se hacía una convocatoria virtual, y más allá del mito del "pásalo", si no hay un trabajo de base, resultaba poco probable que tuviera éxito. De hecho, consideraba que incluso los presupuestos de los que partía la manifestación, era simplistas, con ciertas dosis de populismo. En vez de un análisis serio y riguroso (y a la vez capaz de llegar a la gente) de la situación actual en los países occidentales, con corrupción generalizada y pérdida de derechos sociales con la excusa de la crisis, encontrábamos respuestas superficiales en determinados mails que recorrían internet, cuyo escaso contenido fue asumido incluso en alguna campaña electoral populista como la del "Objetivo Destete" de ANC, con todos mis respetos hacia los compañeros de dicho partido. Los intentos estos últimos años de crear conciencia social, una respuesta a la crisis partiendo de los problemas reales de la gente trabajadora, habían tenido poco éxito. Unidad del Pueblo, Partido Comunista del Pueblo Canario, FSOC, Intersindical Canaria, etc. habían tratado de trabajar en ese sentido, pero sin demasiada repercusión pese a algunas interesantes acciones de Intersindical como la toma de la Torre de la Concepción.
El éxito de las manifestaciones del 15-M se debió, en buena medida, no tanto gracias a Internet, sino gracias a que hubo gente trabajando en las distintas convocatorias, incluyendo personas que ya llevaban tiempo en la lucha social. Internet sirvió, eso sí, como instrumento de divulgación, sobre todo por Facebook. Pero también me he encontrado en las asambleas mucha gente que no cuenta con facebook ni internet en su domicilio.
Resultaba también extraño que, hasta ahora, cuando se daban desde hacía tiempo las condiciones objetivas para el surgimiento de protestas y movilizaciones sociales, no hubiera surgido nada.
Fuera como fuera, lo cierto es que el éxito de las movilizaciones del día 15, y su posterior prolongación como respuesta a la represión habida en Madrid, supone todo un soplo de aire fresco que trascendió a la propia plataforma Democracia Real Ya. Es cierto que existen contradicciones y una cierta ingenuidad, pero no podíamos esperar otra cosa cuando la concienciación política de la gran mayoría de la población había sido nula durante todos estos años en los que el poder impuso sin discusión su ideología dominante. Hace falta formación aún, pero no podemos esperar que todo el mundo venga ya concienciado y formado de fábrica. El deber de quienes hemos participado durante todos estos años en movimientos sociales, es también el de participar en estas nuevas movilizaciones, no con ánimo de "manipular" ni de arrimar el ascua a nuestra sardina, sino de aportar nuestro conocimiento y experiencia, de formar y compartir ideas, rompiendo con los prejuicios que pudieran tener algunas de las personas participantes de dicho movimiento.
Es cierto también que en determinados sectores del movimiento 15-M hay un exceso de planteamientos esotéricos que, curiosamente, coinciden en algunos aspectos con los posicionamientos de determinados sectores conspiranoicos que tratan de desmovilizar y acabar con esta experiencia de respuesta social haciendo divagaciones sin base alguna en torno al "¿Quién está detrás?", con teorías rocambolescas, enrevesadas y absurdas. Y ese es uno de los principales peligros de muchas teorías de la conspiración, centradas en desmovilizar a la gente y empeñadas en hacernos mirar hacia otro lado en vez de analizar seriamente el funcionamiento del sistema que nos oprime. El conflicto de las banderas en determinadas asambleas también es un reflejo de determinados prejuicios existentes en algunas personas, que en nombre de la pluralidad pretenden prohibir una expresión de la misma, incapaces de comprender que determinados símbolos no son patrimonio de partidos concretos o, simplemente, que les molesta compartir su espacio con personas de ideas diferentes, si acaso, lo compartirían si esas personas renunciasen a sus posicionamientos. Que pueden haber infiltrados en las asambleas es algo que era de esperar, sobre todo en asambleas abiertas, pero mantiéndonos con ojo atento y trabajando bien las dinámicas asamblearias el daño que pudieran causar los infiltrados se neutralizaría fácilmente.
Las manifestaciones del pasado 19 de junio suponen un nuevo paso adelante en la toma de conciencia social, pues allí aparecen contenidos más concretos, de carácter claramente antineoliberal (que desmintirían las teorías de una posible manipulación por parte de anarco-capitalistas) y que trasciende los contenidos iniciales de la convocatoria de Democracia Real Ya. Hay que señalar que la convocatoria de Madrid fue impulsada desde los barrios por personas que llevan años trabajando dentro de la izquierda, con gente como Nines Maestro. Pero los conspiranoicos prefieren centrarse más en que Eduardo Punset un día se pasó por delante de una de las acampadas.
Hay que aclarar que mientras Democracia Real Ya es una plataforma, el Movimiento 15-M no es ninguna organización, sino que forman parte del mismo todas las personas que participan en las asambleas y manifestaciones. Cualquiera que haya participado en ellas verá que las teorías acerca de quién está detrás, quién financia, quién organiza, etc. Se trata de un movimiento descentralizado, pese a que en ocasiones se tiene excesivamente como referente a lo que fue la Acampada Sol, cuando la organización en Madrid es tan sólo una más de tantas que existen en el Estado. Anonymus, #NoLESVotes, etc. son otros movimientos que, si bien pudieran apoyar algunas de las acciones y movilizaciones de estos días, no son lo mismo que 15-M ni Democracia Real Ya. Quedan muchas cosas por superar, aún hay presentes muchas contradicciones y prejuicios, pero desde la izquierda no podemos esperar a que todo eso se solucione sólo, por generación espontánea, si la gente ya concienciada no participamos ahí, con el objetivo no de obtener réditos para nuestra organización, sino de avanzar hacia un futuro mejor, hacia la Revolución, que no será posible sin conciencia.
El éxito de las manifestaciones del 15-M se debió, en buena medida, no tanto gracias a Internet, sino gracias a que hubo gente trabajando en las distintas convocatorias, incluyendo personas que ya llevaban tiempo en la lucha social. Internet sirvió, eso sí, como instrumento de divulgación, sobre todo por Facebook. Pero también me he encontrado en las asambleas mucha gente que no cuenta con facebook ni internet en su domicilio.
Resultaba también extraño que, hasta ahora, cuando se daban desde hacía tiempo las condiciones objetivas para el surgimiento de protestas y movilizaciones sociales, no hubiera surgido nada.
Fuera como fuera, lo cierto es que el éxito de las movilizaciones del día 15, y su posterior prolongación como respuesta a la represión habida en Madrid, supone todo un soplo de aire fresco que trascendió a la propia plataforma Democracia Real Ya. Es cierto que existen contradicciones y una cierta ingenuidad, pero no podíamos esperar otra cosa cuando la concienciación política de la gran mayoría de la población había sido nula durante todos estos años en los que el poder impuso sin discusión su ideología dominante. Hace falta formación aún, pero no podemos esperar que todo el mundo venga ya concienciado y formado de fábrica. El deber de quienes hemos participado durante todos estos años en movimientos sociales, es también el de participar en estas nuevas movilizaciones, no con ánimo de "manipular" ni de arrimar el ascua a nuestra sardina, sino de aportar nuestro conocimiento y experiencia, de formar y compartir ideas, rompiendo con los prejuicios que pudieran tener algunas de las personas participantes de dicho movimiento.
Es cierto también que en determinados sectores del movimiento 15-M hay un exceso de planteamientos esotéricos que, curiosamente, coinciden en algunos aspectos con los posicionamientos de determinados sectores conspiranoicos que tratan de desmovilizar y acabar con esta experiencia de respuesta social haciendo divagaciones sin base alguna en torno al "¿Quién está detrás?", con teorías rocambolescas, enrevesadas y absurdas. Y ese es uno de los principales peligros de muchas teorías de la conspiración, centradas en desmovilizar a la gente y empeñadas en hacernos mirar hacia otro lado en vez de analizar seriamente el funcionamiento del sistema que nos oprime. El conflicto de las banderas en determinadas asambleas también es un reflejo de determinados prejuicios existentes en algunas personas, que en nombre de la pluralidad pretenden prohibir una expresión de la misma, incapaces de comprender que determinados símbolos no son patrimonio de partidos concretos o, simplemente, que les molesta compartir su espacio con personas de ideas diferentes, si acaso, lo compartirían si esas personas renunciasen a sus posicionamientos. Que pueden haber infiltrados en las asambleas es algo que era de esperar, sobre todo en asambleas abiertas, pero mantiéndonos con ojo atento y trabajando bien las dinámicas asamblearias el daño que pudieran causar los infiltrados se neutralizaría fácilmente.
Las manifestaciones del pasado 19 de junio suponen un nuevo paso adelante en la toma de conciencia social, pues allí aparecen contenidos más concretos, de carácter claramente antineoliberal (que desmintirían las teorías de una posible manipulación por parte de anarco-capitalistas) y que trasciende los contenidos iniciales de la convocatoria de Democracia Real Ya. Hay que señalar que la convocatoria de Madrid fue impulsada desde los barrios por personas que llevan años trabajando dentro de la izquierda, con gente como Nines Maestro. Pero los conspiranoicos prefieren centrarse más en que Eduardo Punset un día se pasó por delante de una de las acampadas.
Hay que aclarar que mientras Democracia Real Ya es una plataforma, el Movimiento 15-M no es ninguna organización, sino que forman parte del mismo todas las personas que participan en las asambleas y manifestaciones. Cualquiera que haya participado en ellas verá que las teorías acerca de quién está detrás, quién financia, quién organiza, etc. Se trata de un movimiento descentralizado, pese a que en ocasiones se tiene excesivamente como referente a lo que fue la Acampada Sol, cuando la organización en Madrid es tan sólo una más de tantas que existen en el Estado. Anonymus, #NoLESVotes, etc. son otros movimientos que, si bien pudieran apoyar algunas de las acciones y movilizaciones de estos días, no son lo mismo que 15-M ni Democracia Real Ya. Quedan muchas cosas por superar, aún hay presentes muchas contradicciones y prejuicios, pero desde la izquierda no podemos esperar a que todo eso se solucione sólo, por generación espontánea, si la gente ya concienciada no participamos ahí, con el objetivo no de obtener réditos para nuestra organización, sino de avanzar hacia un futuro mejor, hacia la Revolución, que no será posible sin conciencia.
