Wednesday, May 12, 2004

Reseña: La evolución de las sociedades humanas (Allen W. Johnson & Timothy Earle)

Resumen


En este libro Allen W. Johnson y Timothy Earle, partiendo de la antropología económica, hacen un análisis de la evolución experimentada por las sociedades humanas desde las sociedades cazadoras-recolectoras de nivel familiar más simples hasta la sociedad industrial global actual. Para ello, tras un análisis de las distintas tendencias historiográficas, señalan las principales características de cada tipo de sociedad presentando a continuación ejemplos de distintas sociedades históricas o de las llamadas “primitivas” actuales, aportando datos sobre su organización jerárquica, actividad económica y modos de producción, tipo de poblamiento, demografía, etc., planteando diversas hipótesis sobre las causas de la mayor o menor complejidad que las sociedades van adquiriendo.  

A la hora de analizar los ejemplos expuestos aprovechan para realizar también una crítica sobre los cambios experimentados por esas sociedades en los últimos años tras el choque con las estructuras sociales occidentales.


Los autores dividen los distintos tipos de sociedad en tres grandes bloques: grupos de nivel familiar, grupos locales y entidades políticas regionales (que desembocaran en el desarrollo de los estados). 

Los grupos de nivel familiar están caracterizados por una estratificación muy débil o ausente, escasa densidad de población, actividad económica enfocada a la subsistencia y la inexistencia de una territorialidad definida (la propiedad privada está casi restringida a los objetos personales). El elemento básico de esta sociedad son las familias, que pueden integrarse o separarse en distintos grupos para un mejor aprovechamiento de los recursos. Estos grupos de nivel familiar a su vez se dividen en cazadores-recolectores y familias con domesticación (inicios de la producción).

Los grupos locales, con una mayor estratificación social, se caracterizan por una mayor densidad de población, el inicio de los liderazgos (en relación con las guerras y la territorialidad), formación de clanes y de redes de parentesco, un control del acceso a los recursos y una actividad económica ya no sólo ligada a la subsistencia familiar, sino que se intensifica a fin de producir excedentes para la gestión del riesgo y el ceremonial. Los grupos locales se dividen a su vez en poblados familiares, clanes, grupos corportativos y la colectividad del gran hombre. 

Las entidades políticas son ya sociedades totalmente estratificadas, caracterizadas por un acceso diferenciado a los medios de producción (desigualdades sociales), una densidad de población muchísimo mayor, predominio de un tipo de hábitat sedentario, formación de estructuras de poder basadas en la riqueza y una intensificación de la producción (para lo que se requiere una mayor complejidad económica) enfocada a obtener un excedente destinado al comercio y al sustento de las propias estructuras de poder. Las entidades políticas regionales tienen ya una territorialidad bien definida, y evolucionaran desde los cacicazgos (simples y complejos) hasta la formación de estructuras estatales. La llamada “Revolución Industrial” supondrá un aumento espectacular del crecimiento demográfico y una tendencia hacia lo que se denomina “sociedad global”. 


Palabras clave

- Red de parentesco:  Con la formación de los llamados grupos locales, el parentesco es lo que va a definir las relaciones sociales y las relaciones de grupo. Será en torno a estas redes donde se estructuraran los grupos corporativos y clanes, argumentándose lazos ancestrales del grupo con la tierra (por lo que la ascendencia común va a ser la clave en la formación de los distintos grupos). Para fortalecer las redes de parentesco entre los miembros de los distintos grupos se crean nuevos lazos mediante medios institucionales como el matrimonio y la deuda. Las redes de parentesco precisan de un intercambio recíproco de bienes que materializan las distintas relaciones entre los individuos que forman los grupos. Los propios grupos locales van a estar subdivididos en líneas de parentesco dentro de clanes
  
- Gestión del riesgo:  La gestión del riesgo está ligada a la formación de los llamados grupos locales, si bien se haya presente desde los grupos de nivel familiar. En las sociedades en las  que la obtención de recursos presenta dificultades (recursos obtenidos mediante actividades como puede ser la caza), los individuos de las distintas comunidades de nivel familiar precisan el compartir riesgos en el campamento. Se necesita almacenar el excedente de las temporadas de abundancia para poder disponer de recursos alimenticios durante los periodos  de escasez. También, en momentos difíciles  en los que, por alguna razón, ese excedente no es suficiente, se recurre a los lazos con otros grupos para poder obtener  alimentos.  
    A medida que las sociedades de grupo local van adquiriendo  una mayor complejidad, la gestión del  riesgo también lo hace, apareciendo un control por parte de los llamados “grandes hombres” de esta  gestión del riesgo, quienes realizan un reparto político de los derechos de usufructo, dirigiendo y controlando la explotación de los recursos y realizando una mayor organización en el almacenaje de la producción.  

- Aparcería:  Contrato mediante el cual el propietario cede parte de su explotación a un aparcero a cambio de participar en los rendimientos obtenidos de la misma.
    Sus características son similares al arrendamiento, con el que está fuertemente relacionado: el arrendador cede temporalmente un bien al arrendado a cambio de que este le pague un precio. 
    Según los evolucionistas el arriendo es la forma final de intrusión de la economía política en la economía doméstica. Lo que en un principio fue un  “regalo” reticente de los  productores a un “gran hombre”, y que luego se convirtió en un tributo exigido por un jefe poderoso, ahora se convierte en un derecho legal de los propietarios y burócratas a una parte importante de la producción  campesina.  
     En el caso de la economía campesina integrada en un estado con una economía comercializada, el  terrateniente o arrendador vendría a ser como un intermediario paternalista entre el campesino y el mercado. El terrateniente gestionará el uso de la tierra y los campesinos aparceros. Los aparceros,  si bien asumen la mayor parte de los riesgos de la producción, son campesinos dependientes que no poseen la  tierra, y que por tanto pueden ser apartados de la misma a voluntad del terrateniente. 

- Contrato diádico: Con el desarrollo de las sociedades estatales  industriales el parentesco pierde su  importancia, y en las relaciones sociales entre miembros de un mismo estrato social adquiere un mayor énfasis la amistad. Tales relaciones son diádicas, y los amigos no tienen por qué asumir la responsabilidad del otro. Los intercambios están  siempre desequilibrados y la deuda es una señal de confianza, si bien a largo plazo se tenderá al equilibrio.
     Por otro lado, las relaciones entre las distintas elites de poder van a estar marcadas por factores bien distintos a los descritos para los miembros de un mismo estrato social. 

- Sociedad de clases y libre mercado: En las sociedades industrializadas contemporáneas, con economía de mercado, nos encontramos con una mayoría de población que no es dueña de los medios de producción y que vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario (que forma parte de los  costes de producción) y de una minoría dueña de esos medios de producción (capitalistas) y que se vale de los instrumentos del estado puestos al servicio del libre mercado para obtener un beneficio económico.  
     La riqueza influye fuertemente en el poder político, por lo que éste, pese a los procesos  electorales (en realidad la forma común de acceso al poder en los estados occidentales), será ejercido por esa minoría capitalista. En teoría en una economía de libre mercado el estado proporciona la estructura institucional para que el mercado se desarrolle libremente, sin que el estado pueda intervenir más allá de esto, ya que se supone que el mercado se  autorregulará de  acuerdo a las  leyes de la oferta y la demanda; sin embargo esta autorregulación no siempre es real, y el capitalismo se vale de los instrumentos del propio estado para poder regular ese mercado. En las sociedades occidentales se da el caso de que sólo una minoría de la población produce alimento, y que la mayoría es consumidora (y por lo tanto demandante de productos que deben ser suministrados por el mercado). Si bien dentro del  llamado “primer mundo” las diferencias sociales siguen siendo muy acusadas, una parte de la población asalariada tendrá una posición económica que le permitirá ser consumidora de los productos ofrecidos por el mercado. El capitalismo se valdrá de medios como la publicidad para que esa demanda de productos aumente, surgiendo así la sociedad de consumo, elemento esencial  en el sustento del sistema de  mercado. 


Metodología y estructuración de la obra

La obra La evolución de las sociedades humanas se redactó con el objetivo de hacer un acercamiento a los elementos que caracterizan los diferentes tipos de sociedades históricas, así como presentar distintas hipótesis que tratan de explicar las causas de los cambios que llevaron a las distintas sociedades  a una serie de transformaciones que supusieron una mayor complejidad en sus estructuras, cada vez más jerarquizadas; cambios caracterizados por: un aumento demográfico que se ha visto incrementado espectacularmente en las últimas décadas; un aprovechamiento más intensivo de los recursos; adelantos tecnológicos y creación de nuevas infraestrucutas;  cambios en las relaciones humanas; una territorialidad en aumento, unido a un acceso cada vez más diferencial a los medios de producción; desarrollo de redes de intercambio cada vez más amplias; una mayor conflictividad bélica, etc. Para estos análisis se basan en la antropología cultural y económica, aportando información sobre el posicionamiento de distintos antropólogos e historiadores de muy distintas tendencias, si bien el sentido de la obra en general se acerca al materialismo y al evolucionismo multilineal. Para hablar de esa evolución, Johnson y Earle realizan una  división de las sociedades  de acuerdo a su nivel de complejidad social. 

En el primer bloque (introducción) los autores exponen las distintas tendencias historiográficas surgidas a lo largo de los dos últimos siglos, sobre todo aquellos aspectos relacionados con los  conceptos de evolución y progreso (describiendo teorías bastante curiosas como la de la ecuación del juicio final). Continúa con la descripción de distintas teorías relacionadas con la antropología económica y política y la ecología humana, imprescindibles para la comprensión de la obra La evolución de las sociedades humanas. Prosigue con un análisis de los distintos factores que determinan la  evolución de las sociedades, señalando como motor primario el crecimiento  de  la población y el desarrollo tecnológico bajo límites ambientales, motor que pondrá en marcha la intensificación, la cual traerá consigo una serie de problemas que serán resueltos con la institucionalización.  A continuación,  partiendo de Service y Freíd,  proponen una  división de los distintos estadios  evolutivos, según su organización social, en grupos de nivel familiar, grupos de nivel local y entidades políticas regionales.  La obra se  estructurará  en torno  a esta  división en  tres niveles generales de desarrollo que a su vez se dividirán en otros niveles más específicos. 

Para hablar de los grupos de nivel familiar, donde incluimos la mayoría de las sociedades cazadoras-recolectoras y los inicios de la producción, no debemos olvidar que en estos grupos, la familia es el grupo básico de subsistencia, y que en cierta medida es autosuficiente, si bien se mueve dentro y fuera de los campamentos. Los grupos de campamento se formaran para realizar actividades concretas de la propia subsistencia o para la gestión de riesgo. 

En los grupos locales ya aparecen líderes y cabecillas, y el ceremonial está más desarrollado, si bien la defensa territorial es común y los recursos siguen estando controlados por los grupos familiares. Una estructura fundamental será el poblado. En los grupos más antiguos la familia seguirá poseyendo una importancia de primer orden; el siguiente tipo de grupo local por complejidad es el que está marcado por la formación de clanes. En aquellas sociedades donde la densidad de población es más alta aparece ya un líder local o “gran hombre”, “que toma decisiones por el grupo local y lo representa en las principales ceremonias entre grupos” (Johnson y Earle, 2000: 213), dominando los sistemas de producción y distribución, así como también organizan el comercio exterior. Las familias comienzan a perder su autonomía, y se hace necesaria una intensificación de la actividad productiva y la producción de un excedente para la gestión del riesgo. El líder exige apoyo material a los miembros del grupo a cambio argumentando que actúa “para defender los intereses” de este. El ceremonial, junto con el prestigio, también adquiere importancia. Los “grandes hombres” actúan como portavoces de sus respectivos grupos  a la hora de organizar las relaciones entre estos y formar asociaciones libres de comunidades o colectividades intergrupales, así el liderazgo ayuda a integrar a las comunidades de poblado en una economía regional. 

Los niveles más desarrollados de organización política y social son aquellos que se agrupan dentro de la entidad política regional. Podemos dividirlos en cacicazgos, estados arcaicos y estados con economía de mercado. En todos estos niveles de organización el patrón de asentamiento va a ser jerárquico y sedentario en la mayoría de los casos. La seguridad de los poblados no va a depender de la propia comunidad sino del cacicazgo o del estado, lo que supone la subordinación de estos poblados al poder regional. Aparecen poblados y ciudades que se convierten en centros de poder político y económico a los que se subordinan el resto de poblaciones del entorno. Estas sedes del poder suelen estar fuertemente defendidas, y son sostenidas por las poblaciones subordinadas. Si bien en ocasiones la producción diaria se mantiene organizada dentro de la familia, la organización social de la producción es jerárquica y está sujeta a los patrones marcados por los centros de poder regionales. La guerra es ahora con el objetivo de expandir la economía política y la producción comienza a financiar las instituciones y proyectos de la élite. Las entidades políticas tienden a incorporar cada vez más regiones así como a miles y millones de individuos. Las desigualdades sociales se hacen muy acusadas y aparecen sectores de población vinculados a actividades distintas a la producción de alimentos.

Para una mayor comprensión de los elementos que caracterizan a cada tipo de sociedad, los autores nos presentan en esta obra una serie de ejemplos concretos de sociedades cuyos elementos y características los acercan o ubican dentro de cada uno de los grupos en los que dividen la sociedad de acuerdo a su mayor o menor complejidad social. A la hora de hablar de las sociedades más simples de nivel familiar  recurren a ejemplos  de sociedades “primitivas” actuales, que hasta hace bien pocos años, seguían realizando actividades cazadoras-recolectoras o productoras (agrarias y ganaderas) con una organización social similar a la de las primeras sociedades humanas. Los grupos humanos descritos en este  primer bloque siguieron practicando una actividad económica autosuficiente (a pesar de que la región que habitaban se incluía dentro de un estado moderno) hasta hace bien pocos años. También en este mismo bloque se describen algunas de las características de las sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas del periodo que se ha venido denominando paleolítico. Lo mismo ocurre con las sociedades de nivel local expuestas en el segundo apartado. Para el tercer apartado ya se habla de sociedades y estados históricos  como la de los isleños de Hawai, los Incas o el Japón y la Francia feudal, junto con ejemplos similares a los de los bloques anteriores  como los basseri de Irán;  ya en los últimos capítulos se analizan sociedades agrarias actuales  integradas en un estado con economía de mercado. Concluye el libro con un rápido análisis y crítica de la sociedad actual, sociedad estatal caracterizada por expansión del capitalismo y una tendencia hacia lo global.  En este último capítulo se exponen los ejes fundamentales del discurso de los defensores y detractores de la economía de libre mercado.

Los grupos descritos son: para las economías cazadoras-recolectoras de nivel familiar los shoshón de la Gran Cuenca (Norteamérica) y los !kung del Kalahari (África); para los grupos de nivel familiar productores (con domesticación) los machiguenga del Amazonas peruano y los nganasan de Siberia; para los grupos de nivel local más sencillos, basados en poblados familiares, los yanomami de las selvas de Venezuela; para los grupos de nivel local formados con estructura de clan, los esquimales del norte de Alaska, los tsembaga maring de Nueva Guinea (sociedad acéfala, si bien forman grupos configurados jerárquicamente) y los turkana de Kenia; para los grupos corporativos donde aparece ya la figura del “gran hombre”, los indios pescadores de las costas del noroeste de Norteamérica, los enga centrales de Nueva Guinea y los kirguises del noreste de Afganistán (hoy desplazados hacia Turquía); para los cacicazgos simples, los isleños de las islas Trobriand (Oceanía), para los cacicazgos ya más complejos, los isleños de las islas Hawai y los basseri de Irán; para hablar de los estados arcaicos pone como ejemplos la Francia y el Japón de la Edad Media y el Imperio Inca de los Andes. Ya para hablar de estados complejos los ejemplos expuestos son de sociedades campesinas o agrarias integradas dentro de una economía de mercado. El último capítulo lo que hace es describir los cambios a nivel global que se están produciendo en los últimos años.


Fuentes utilizadas en la obra

Los ejemplos expuestos para hablar de los distintos grados de complejidad social se hayan presenten en un gran número de obras que tratan este mismo tema ( la evolución de las sociedades). La elección de estas sociedades como ejemplos parte entonces de la abundancia de fuentes y datos sobre las mismas. Así mismo cabe señalar antecedentes como los trabajos de Marvin Harris, como ya marca la propia dedicatoria del libro (“Dedidado a Marvin Harris y a Marshall Sahlins, por su inspiración y debate”). De hecho, en las obras de Harris, se hace alusión, con bastante frecuencia, a los mismos ejemplos etnográficos aparecidos en La evolución de las sociedades humanas. Como ya dijimos, para la división de las sociedades humanas en distintos estadios utilizan criterios de organización social y política (no tecnológica, como era frecuente hasta no hace mucho), como ya lo hicieran Service, Fried.   

A la hora de describir a los shoshón de la Gran Cuenca se basan en los trabajos de D. H. Thomas y Steward principalmente. Para los !kung la fuente básica elegida es la de Lee, a la que se le suman los trabajos de L. Marshall y Wiessner entre otros, así como los estudios comparativos entre los distintos grupos khoisan. Para las características generales de las sociedades prehistóricas cazadoras-recolectoras del llamado paleolítico hay un gran número de trabajo disponibles (si bien el estudio de este periodo tan largo, basado principalmente en fuentes arqueológicas, es muy complejo y de ninguna manera está completado), siendo S. Binford y L. Binford los más citados por Johnson y Earle.

Los machiguenga han sido descritos por autores como Moran, Boserup, O. Johnson, A. Johnson y Henrich entre otros. Para los nganasan la principal fuente la constituyen los trabajos. de Popov.

Autores como Gordon Childe, Wilson, Maryanski y Turner, Johnson, Marvin Harris, Carneiro, Dalton, Fortes etc. sirvieron de enorme utilidad a la hora de hablar de las características generales del grupo local y de lo que se ha venido llamando revolución neolítica. 

Para los yanomami la fuente más citada es la de Chagnon (biología evolutiva), y el debate entre este y Harris (materialismo cultural). Los autores del libro argumentan que para una descripción completa de la sociedad yanomami y la causa de sus guerras, es necesario incluir ambos posicionamientos. Otras fuentes citadas con frecuencia son los trabajos de autores como Smole, Biocca o Hames. Para el conocimiento de estos grupos también han sido fundamentales las descripciones hechas por Helena Valero (cuyo testimonio fue citado por Bicoca), educada por los propios yanomami.

Autores como Spencer o Gubster han descrito las sociedades esquimales de Alaska: los taremiut de la costa, con una organización de nivel local y economía de poblado, y los nunamiut del interior, con una economía cazadora-recolectora de nivel familiar). En esta obra se presentan principalmente las características de los taremiut, si bien constantemente se hace alusión a sus relaciones con los grupos del interior, a la vez que se hace una comparación entre ambas sociedades. La fuente fundamental para la descripción de los tesembaga maring de Nueva Guinea es Rappaport; Lowman también aparece  citado con mucha frecuencia. Otro trabajo a destacar es la descripción del ceremonial que hace Peoples. Gulliver y Dyson-Hudson (y el trabajo de este último junto a McCabe) son las fuentes utilizadas para describir a los turkana de Kenia. 

Multitud de historiadores y antropólogos aparecen citados en la descripción de las sociedades nativas de la costa noroeste de Norteamérica, entre ellos Boas,  Gunther, los trabajos conjuntos realizados por Drucker y Heizer o por Rosman y Rubel, Newman, Kan, etc. Los enga centrales de Nueva Guinea, en algunos aspectos similares a los tsembaga maring (si bien presententan también diferencias notables), han sido descritos por autores como Mervin Meggit o Waddell. Para los kirguises del noreste de Afganistán las fuentes fundamentales son las de Shahrani y Paksoy. 

El cacicazgo simple de las islas Trobriand (cuya isla principal es Kiriwina) hasido descrito por Malinowski y Powel entre otros.

Para el cacicazgo complejo de los indígenas de Hawai el tipo de fuentes a las que recurrieron los autores citados por Johnson y Earle es bien distinto, pues la llegada de los europeos en el siglo XVIII supuso un cambio radical en esa estructura de la sociedad hawaiana. Fuentes de gran utilidad son los datos que nos proporciona la arqueología, siendo también importantes las descripciones que los propios europeos de los siglos XVIII y XIX hicieron. Entre los autores citados destacan el propio Earle y Kirch. Para los basseri de Irán se parte de fuentes como los trabajos de Barth o Beck. 

Las fuentes utilizadas para el estudio de las sociedades medievales de Francia y Japón también son bien distintas. Entre ellas pueden destacarse los textos de distinta índole de la misma época a estudiar (si bien requieren un análisis más crítico que lo habitual).Algunos de los autores contemporáneos citados son Lewis, Tsuchiya y Taeuber (Japón), y Bloch y Lynn White (Francia). Al no haber documentación escrita  por parte de la propia población incaica, las fuentes utilizadas para el estudio del Imperio Inca han de ser similares a las utilizadas para el estudio de las sociedades hawaianas. En este libro se citan trabajos de autores como Rowe, Moore, D´Altroy, LeBlanc, Vega, Toledo, Murra, etc.

Para la descripción de las economías campesinas integradas en una economía de mercado(dentro de las cuales hay una gran variedad) se parte de numerosos estudios antropológicos y sociológicos. Los aparceros de Boa Ventura y otros casos similares han sido estudiados por gente como A. Johnson o Foster. Para Taitou se citan autores como Skinner, Myron Cohen o Yang. Para Kali Loro los autores citados son principalmente Guest y White. 

A la hora de analizar la evolución hacia la sociedad global y los cambios que se han ido produciendo en los últimos años, se citan los posicionamientos de los defensores y detractores de la economía de libre mercado. Sobre los cambios producidos por la revolución industrial se cita a Polany. Ejemplo prototípico de estado liberal es Estados Unidos. La teoría del libre mercado fue elaborada por autores como el economista Adam Smith (quien habló de la “mano invisible” – la ley de la oferta y la demanda -). La crítica antimercado elaborada la economía sustantivista (con autores como Wolf) surge entre otras cosas del marxismo y los trabajos de Marx y Engels. La segunda crítica antimercado surge de la ecología política. 


Crítica y discusión

Un aspecto a destacar de la obra de Johnson y Earle es la crítica que hacen frecuentemente a la situación de  algunas de las sociedades mal llamadas primitivas (los autores con acierto señalan que “...como todos los humanos no son primitivos, sino pragmáticos”) tras su integración en una economía estatal, que trae consigo una serie de desequilibrios sociales (desigualdades, jerarquización) y medioambientales (por tanto de recursos alimenticios). Si bien algunos podrían identificar un cierto romanticismo en esas críticas, lo cierto es que los cambios dramáticos descritos (independientemente del enfoque que se les dé) son reales.

Por otro lado, el trabajo de Allen W. Jonson y Timothy apenas presenta novedad, pues prácticamente se limita a recoger los resultados de otros estudios realizados con anterioridad; de hecho, varias obras de Marvin Harris, tanto en los ejemplos expuestos como en sus planteamientos, presentan muchas semejanzas con la obra que aquí se comenta. La aportación que este libro hace es pues la recopilación de numerosos estudios – y discusión de los mismos – en una misma obra. 

A la hora de hablar de la aparición de una jerarquía o un liderazgo no deja totalmente claro las causas de esta. Si bien marcan el crecimiento poblacional, apenas se expone las causas de que este crecimiento. Se señala que este crecimiento de la población se desarrolla bajo límites medioambientales. como señalan Harris y Ross “ (los cazadores-recolectores) no pueden sostener una población densa ni periodos prolongados de crecimiento demográfico” (Harris y Ross, 1991).  Las propias poblaciones procuran pues que este crecimiento no esté por encima de los recursos disponibles, recurriendo a distintos métodos para ello. Harris y Ross señalan también que la propia actividad cazadora-recolectora tiene unos efectos fisiológicos que traen consigo un descenso de la natalidad. Por lo tanto las poblaciones tenderían a mantener una demografía que le permita subsistir sin tener que recurrir a la intensificación de la economía de subsistencia. La intensificación podría ser fruto de la gestión del riesgo, en previsión de temporadas de escasez de recursos (intensificándose la explotación de recursos durante temporadas de abundancia para tener un excedente que almacenar para las temporadas más duras), y no de un aumento de población. Será entonces la mayor disponibilidad de alimentos a causa de la intensificación lo que llevaría a un crecimiento poblacional. Pero por otro lado también podría ser que tras periodo de años de abundancia de recursos que lleven a mantener una población relativamente alta, se produzca un cambio climático brusco que lleve a la escasez de estos, y por lo tanto se haga necesaria la intensificación para abastecer a una población que habría podido subsistir sin problemas en periodos anteriores. Por otro lado ¿es la intensificación de la producción lo que lleva a la aparición del pillaje y la guerra o es el crecimiento de población?  por un lado intensificación trae consigo nuevos modos de producción que en algunos casos podrían llevar al apropiamiento de los recursos de zonas pobladas por otros grupos, y por el otro un grupo cuya población esté por encima de los recursos que puede explotar podría realizar actos de pillaje sobre los recursos explotados por otros grupos (si bien para los grupos más simples lo normal sería que en esos casos se produjera una cooperación y/o un intercambio).  Otro dato curioso que señala el libro es la posibilidad del desarrollo de grupos locales ya desde el paleolítico superior. Una intensificación de la producción requiere un agrupamiento de las familias en nuevos grupos, y ello traerá consigo la formación de redes de parentesco en las que influyen prácticas como la exogamia. También la gestión del riesgo, la organización de la producción, la defensa frente al pillaje y la guerra, etc. traerán consigo la formación de nuevos niveles organizativos. Comienzan a aparecer así los primeros niveles de estratificación, y posteriormente la territorialidad y la propiedad (que hasta ese entonces estaba limitada a los objetos materiales como armas cuya propiedad se indicaba mediante “marcas de propietario” (Childe, 1984: 84)). 

Algunos  autores señalan las primeras sociedades humanas como “comunismo primitivo”:  “La economía  doméstica es comunista, común para varias y a  menudo para muchas familias. Lo que se hace y se utiliza en común es de propiedad común:  a casa, los huertos,  las canoas.  Aquí,  y  sólo aquí, es donde existe realmente "la propiedad fruto del trabajo personal", que los jurisconsultos y los economistas atribuyen a la sociedad civilizada y que es el último  subterfugio jurídico en el cual se apoya hoy la propiedad capitalista.” (Engels, 2000)

Sobre la formación de los estados apenas se aporta nada respecto a las causas, y directamente se pasa al análisis de los ejemplos de estado arcaico (pero de formación muy posterior a la de los primeros estados). Los ejemplos expuestos, como bien se señala, están inspirados en otras formaciones estatales de épocas anteriores, y la formación de estructuras estatales apenas aparece explicada. 


Bibliografía adicional:


- CHILDE, V. G:  La evolución social.  1984. Alianza Editorial.  Madrid. 3ª ed.  


- ENGELS, F:  El origen de la familia, la propiedad privada y del estado.  2000.  Marxists Internet Archive (  Fuente: Biblioteca Virtual Espartaco)

- HARRIS, M:  Jefe, cabecillas y abusones.  1993. Alianza Cien.  Madrid


- HARRIS, M:  Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura.  1989.  Alianza Editorial.  Barcelona.  1ª ed. 2ª reimp.


- HARRIS, M.  y ROSS E. B:  Muerte, sexo y fecundidad: la regulación demográfica en las sociedades preindustriales y en desarrollo; versión castellana de Fernando Santos Fontenla.  1991.  Alianza Editorial.  Madrid



- MARX, K:  Trabajo asalariado y capital.  1997. DeBarris.  Barcelona. 


- V.V.A.A:  Salvat Universal. Diccionario enciclopédico.  ( Tomos 3 y 6 )  1993.  Barcelona. Salvat Editores.