Wednesday, August 29, 2007

Víctor Jara



A pesar de que su música es hoy poco conocida para la mayoría de las personas, la figura del chileno Víctor Jara constituye uno de los mayores símbolos de la canción de autor. Fue a raíz de su asesinato en 1973, durante el golpe militar de Pinochet, cuando su nombre comenzó a traspasar las fronteras de Chile y convertirse en el icono del cantor del pueblo comprometido que “muere cantando”.
Víctor Jara nació en 1932 en Chillán, Chile, en el seno de una familia campesina humilde. Desde niño hubo de trabajar con su familia en las tierras de un poderoso terrateniente en la localidad de Lonquén. Pronto, a raíz de un accidente doméstico, hubieron de trasladarse a Santiago de Chile. La muerte de su madre, cuando Víctor contaba tan sólo con 15 años, marcará profundamente su vida.
Sus inicios en el mundo del arte vinieron de la mano del teatro, ingresando en 1956 en la escuela de teatro de la Universidad de Chile y formando, a partir de 1960, junto con Alejandro Sieveking, un nuevo grupo teatral totalmente renovador. Será precisamente el mundo del teatro el que le llevará a conocer a quien será luego su esposa Joan Jara, una inglesa afincada en Chile. El mundo del teatro también lo llevará a realizar giras por Europa, EEUU y América, llegando a conocer al Ché Guevara en Cuba. Sus inicios profesionales en el mundo de la música llegarán a partir de 1958 de la mano del conjunto Cuncumén, con quien grabará algunas canciones. Cuncumén será el reflejo de una nueva generación de músicos chilenos influenciados por la labor de Violeta Parra de rescate del folclore tradicional.
En 1965 Víctor Jara publica sus primeros singles en solitarios, en los que combina canciones propias (siendo la más conocida Paloma quiero contarte) con piezas del folclore chileno (comenzando a tener ya problemas con la censura por temas picarescos como La beata). Sus canciones parten de las vivencias cotidianas y los dramas de los sectores más humildes de la sociedad, de los trabajadores y campesinos, realizando un acercamiento a las problemáticas sociales mucho más humano que panfletario. En 1966 se publica el primer LP en solitario de Víctor Jara, donde se incluían algunos temas ya grabados con anterioridad en single. Es el momento en el que se produce la explosión de la Nueva Canción Chilena, con la aparición de Rolando Alarcón, Patricio Mans, Isabel Parra, Ángel Parra, Inti-Illimani o Quilapayún, un nuevo movimiento musical que busca no sólo la renovación musical a partir del folclore chileno y latinoamericano, sino que, sobre todo, buscaba una creación artística con un profundo compromiso social (siguiendo la estela de la ya fallecida Violeta Parra). De este modo, Víctor Jara compondrá canciones como Preguntas por Puerto Mont, en la que se denuncia la matanza de un grupo de campesinos perpetrada por las fuerzas represoras policiales.
No fue sólo la Nueva Canción Chilena la que despegó con fuerza en este periodo, sino que se trató de un nuevo fenómeno de despegue cultural que tuvo lugar en numerosos países, y de este modo aparece también la Nueva Trova Cubana, La Nova Cançó Catalana, o la Nueva Canción Canaria, por poner tan sólo tres ejemplos. Periodo de gran creatividad cultural que afectó no sólo a la música, pero que en definitiva, trataba de buscar una concepción no elitista de la cultura, sino una cultura al alcance del pueblo. En este contexto Víctor Jara edita discos como Pongo en tus manos abiertas, donde se incluía su tema más conocido Te recuerdo Amanda, Canto Libre, donde la participación de Quilapayún se hace notoria, o El derecho de vivir en paz, donde llega a introducir algunas sonoridades cercanas al rock. En estos dos discos combinaba composiciones propias con temas folclóricos de lationamérica y temas de otros cantautores como el argentino Atahualpa Yupanqui, el uruguayo Daniel Viglietti, o el estadounidense Pete Seeger. El compromiso político y social de Víctor Jara va mucho más allá y participa activamente en la campaña electoral de la Unidad Popular de Salvador Allende. Precisamente en las elecciones de 1970 tiene lugar el triunfo de la Unidad Popular, una coalición de comunistas, socialistas y otros partidos de izquierda.
Es quizás el disco La Población donde mejor se refleja el compromiso social de Víctor Jara. Víctor Jara pasaría varias semanas en la población de Herminda de la Victoria recogiendo, grabadora en mano, testimonios de los propios protagonistas de un episodio de toma de terrenos por parte de las poblaciones que vivían en las chabolas de los márgenes del río Mapocho. Algunos de estos testimonios serían incluidos en el disco.
Pero desde que tuvo lugar el triunfo de la Unidad Popular, la derecha, las clases altas y los sectores oligárquicos (con el apoyo de EEUU), temerosos de la “vía chilena hacia el socialismo”, comenzaron a organizar la reacción, organizando huelgas patronales, provocando el desabastecimiento alimentario, boicoteando todas las propuestas parlamentarias del gobierno y armando grupos de extrema derecha. En este clima de preguerra civil Víctor Jara comenzaría a grabar un disco que no llegó a concluir, con canciones que reflejaban ese difícil contexto, como la premonitoria Manifiesto. El 11 de septiembre de 1973 tiene lugar el golpe de estado dirigido por el general Augusto Pinochet auspiciado por la CIA. Ese día Víctor Jara debía de cantar en la Universidad Técnica en un acto contra el fascismo. Cuando acude allí, los militares golpistas rodean el edificio y Víctor es detenido y llevado al Estadio Chile, que se había habilitado como campo de concentración y donde tenían retenidos a miles de prisioneros. Durante su cautiverio, Víctor Jara compondría su último poema Estadio Chile. El 22 de septiembre de 1973, tras haber sido sometido a numerosas torturas, Víctor Jara muere asesinado.
Pretendieron acallar una voz con el asesinato, pero la voz no murió y el mundo cantó sus canciones. Nos quedan versos como los que culminan la canción Manifiesto.
Canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.

Publicado en la revista "Musicalia".