Sunday, June 08, 2008

Discurso en el claustro de la ULL sobre el Plan Bolonia (3 de junio de 2008)

Discurso sobre el Plan Bolonia escrito, en su mayor parte, por Dailos González Díaz, y leído por Rosa Elvira Pereyra (quien también colaboró en su redacción) en el Claustro de la Universidad de La Laguna, en representación del Sindicato de Estudiantes Canario, el 3 de junio de 2008.

Ahul fell-awen .

El Sindicato de Estudiantes Canario ha venido manifestando a lo largo de estos años su disconformidad con la llamada Convergencia Europea o Plan Bolonia, al suponer esta un paso más en la mercantilización de la educación. Como no podía ser menos, en este claustro en el que existe un punto específico sobre dicho tema, seguiremos denunciando esta privatización de lo público que suponen las políticas neoliberales en las que se enmarca la sacrosanta Convergencia. 

La Convergencia Europea aparece como punto del orden del día cuando esta ya comenzó a imponerse, cuando la imposición va camino de ser un hecho consumado. Un Plan Bolonia que se impone sin diálogo, sin posibilidad de contestación al mismo, y que, para colmo, está sirviendo de excusa para otras imposiciones particulares del rectorado como el cambio de calendario académico en base a la mentira de que es necesario para converger con Europa, cuando allá en muchos sitios Europa empiezan el curso mucho más tarde que en estas islas africanas.

Esta privatización y mercantilización que venimos denunciando no es una simple demagogia de unos “radicales” que enturbian el proyecto de una universidad sin radicalismos y de niños buenos como la que quiere el señor Doménech. En enero salió ya publicado en prensa que el empresariado “ayudará” a la Universidad en el diseño de los títulos, es decir, las empresas privadas decidirán lo que se debe estudiar y lo que no en una universidad pública. De entrada supone un sometimiento total de la educación a los intereses de las empresas privadas y a sus demandas de mano de obra cualificada. La educación no estaría orientada a la generación del saber y al progreso social sino a contribuir al enriquecimiento de los grandes empresarios. 

Se fomenta un modelo tecnocrático de la educación, fomentándose únicamente aquellas titulaciones que demande el empresariado, utilizando criterios de rentabilidad o criterios utilitaristas. Demanda de los “agentes socioeconómicos”, le dicen ahora a la demanda del empresariado, verdaderos gobernantes de la universidad. 

¿Y qué es orientar la educación al mercado laboral sino orientarla a la demanda de mano de obra de la empresa privada? No estamos ante un altruismo desinteresado de unas empresas angelicales que quieren que tengamos salidas laborales y encontremos trabajo tras terminar la carrera, estamos ante unas empresas que buscan mano de obra cualificada a la que explotar. 

Si atendemos a la aplicación concreta del Plan Bolonia la cuestión se agrava. Así, en los criterios del Gobierno de Canarias se prevé el cierre de aquellas titulaciones con menos de 50 matriculados en primer año y, en casos excepcionales, 25. Y aquí el rector tan tranquilo mientras corren peligro de desaparecer titulaciones como filosofía o geografía. ¡Total! ¿Para qué sirven? ¿Son rentables económicamente? Ese es el modelo perverso de educación que se nos pretende imponer, en el que la rentabilidad económica y las demandas del mercado sean los que marquen la pauta de lo que se debe estudiar y lo que no, quedando parcelas del conocimiento desterradas de la Universidad. Lo que se quiere son técnicos eficientes, no cabezas pensantes. 

Lo repito de nuevo, la desaparición de titulaciones es un asunto de suma gravedad. ¿Esta es la universidad de primera que se pretende?

Tenemos también la reforma de las titulaciones dividiéndolas en grados y postgrado. Un grado de cuatro años que, básicamente sirve para.... nada. Tendrá uno que gastarse más perras para hacer un postgrado si quiere encontrar trabajo, en esta tan bondadosa reforma teóricamente orientada a que encontremos salidas laborales. Másteres que, no nos equivoquemos, saldrán un ojo de la cara. Nos pretenden engañar diciendo que el precio de tales másteres bajará al hacerse oficiales, y que no está escrito en ningún sitio que vayan a subir de precio. ¡Oigan! ¡Como si no supiéramos que las tasas suben continuamente! Pero... tranquilos, ya están previstas becas-préstamos, es decir, como si fuéramos a tener bastante con las hipotecas, vamos a tener que estar pagando también de por vida nuestra educación universitaria. Másteres que van a decidir también las empresas privadas, cuyo criterio determinará que debemos estudiar y que no... Bonita dictadura la del capital. 

Incluso para poder dedicarnos a la enseñanza debemos realizar un máster, que sustituiría al CAP, y que tendría más duración que este. En relación a este tema, ya la Universidad Complutense de Madrid mostró su disconformidad. Debería también esta universidad mover ficha al respecto.

Centrándonos en el tema del grado en concreto, este tendrá una duración de 4 años, uno de los cuales será común a varias titulaciones, y otro será de prácticas externas. Encontramos en ello varios problemas. En la práctica desaparecen asignaturas, por lo que parcelas del conocimiento quedarán sin tocar en una titulación, que quedará reducida a cuatro cosas básicas, dicho de otra manera, en las titulaciones que sobrevivan, también desaparecerá parte del saber. En cuando al año común de rama a varias titulaciones, en principio no sería negativo tener un conocimiento general sobre una rama determinada, pues evitaría caer en una hiperespecialización, pero... ¿a qué rama pertenece cada titulación? Historia, por ejemplo, comparte contenidos con humanidades y con sociales. ¿Dónde la encuandramos? ¿Y Geografía? ¡Perdón! Me olvidaba que a lo mejor geografía desaparece. El grado casi que parece un tercero de bachillerato.

Tenemos luego las prácticas externas, en las que obligan al estudiantado a servir de mano de obra barata para las empresas o la administración. Bueno, y tan barata que esos créditos de prácticas externas deberán pagarse. Pedimos un aplauso para ello, ya que entronca con la mejor tradición surrealista. 

Also impose a series of credits in English. I ask my apologies because my pronunciation is not correct.

Se disminuye el número de horas lectivas, pero... aumenta el número de horas de trabajo del estudiantado. Es decir, las horas que utilizamos para el estudio y la realización de trabajos se contarán como créditos y, por tanto, deberán pagarse. La reducción de horas lectivas, paradójicamente, traerá consigo que las estudiantes lo tengan que ser a tiempo completo, impidiendo cursas estudios a aquellas personas que deban compaginar estudios y trabajo. Tal y como está previsto con los nuevos créditos, tendremos que dedicar 38 horas semanales al estudio. Tenemos que ser estudiantes eficientes y productivos, aquí el saber importa poco.

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