El conservadurismo en la isla de La Palma demuestra que el análisis materialista sigue siendo pertinente a la hora de analizar la realidad social. Cuando lo que predominan son las pequeñas empresas, resulta muy difícil plantear la lucha de clases en su sentido más clásico, pues aún existiendo un tipo capitalista de relaciones sociales de producción, e incluso encontrándose los trabajadores y trabajadoras sometidos a unas condiciones laborales peores que en las grandes empresas, la relación obrera-patronal es completamente diferente, afectando incluso al plano de las relaciones interpersonales. No es sólo la imposibilidad o dificultad de organizarse o llevar a la práctica determinadas formas de lucha (sindicación, huelgas), sino que se genera además una determinada mentalidad, una determinada cosmovisión que va mucho más allá de que trabajadores y trabajadoras asuman el discurso de la patronal y sus intereses de clase, y la causa no está exclusivamente en los cursillos y en toda la propaganda sobre el "emprendimiento".
Por eso discursos que pueden ser válidos a la hora de generar mayorías válidos en unos territorios no lo son en otros. Y por eso es más probable que calen ciertos discursos reaccionarios y peligrosos. El discurso que dispute la hegemonía al pensamiento conservador debe buscar significantes que puedan ser asumidos por la mayoría social en clave progresista, y ahí no nos vale la mera importación ni el tirar de argumentarios, sino partir de un análisis de la realidad concreta.
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| Procesión de la Virgen de Las Angustias.15 de agosto de 1963. Fuente: Bienmesabe.org |
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