Sobre las luchas culturales

Las luchas feministas y las luchas por la diversidad sexual y afectiva (LGTBiQ), o también las luchas contra el racismo, siguen siendo importantes hoy en día, por lo que es falso eso que se está empezando a escuchar, ese neomachismo de que la lucha feminista, por poner un ejemplo, hace que dejemos de prestar atención a reivindicaciones más "políticas".

En realidad todo es una cuestión política, y el modelo de familia, de relaciones humano-afectivas, e incluso la sexualidad, están íntimamente ligados al tipo de sociedad. No, no es postmodernismo, es materialismo.

Lo que hay que hacer es acompañar las reivindicaciones antes citadas con las reivindicaciones de tipo socio-económico, no podemos dejar que estas se traduzcan en sentido reaccionario, xenófobo, homófobo o machista.

El asunto es que, en determinado momento, y no porque graciosamente a los mandamases les dio por ahí, ni como evolución natural del sistema, sino gracias a las luchas y reivindicaciones, el propio sistema ha ido incorporando o aceptando cuestiones que, hace no tanto tiempo, las consideraba inaceptables, sirva de ejemplo el sufragio universal mismo. La victoria está en el hecho de que se ha generado un nuevo consenso al que han tenido que plegarse hasta los conservadores, pero ello no significa que vaya a ser siempre así. Las propias luchas obreras, más la crisis del capitalismo de 1929 y, muy importante, la existencia de un referente alternativo como el bloque soviético, supusieron el establecimiento en occidente de un consenso en torno al estado del bienestar, y podía verse a democristianos defendiendo políticas que hoy los socialdemócratas tildarían de "extrema izquierda"; los neoliberales tipo F. Von Hayek o Milton Friedmam eran vistos entonces como locos, imbéciles, que decían burradas... y no sólo porque realmente lo fueran. Hoy nos reímos de Huerta del Soto cuando dice que el Imperio Romano cayó por culpa del socialismo, pero es que dentro de unos años ese pensamiento puede convertirse en hegemónico. Hoy, todo lo que se salga del pensamiento neoliberal es visto como extrema izquierda comunista, aunque sea defender meras políticas keynesianas. Por eso es la crisis de los partidos socialdemócratas, durante un tiempo pudieron presentarse como diferentes, llevando las mismas políticas económicas, al defender políticas progresistas en materia de diversidad... pero ahora los conservadores están admitiendo también esa diversidad ¡mierda!