Tuesday, July 26, 2016

Moción sobre la ley del suelo

CABILDO DE LA PALMA                         


MOCIÓN 008-2016

A la Presidencia del Cabildo Insular de La Palma y los partidos políticos representados en el Cabildo Insular de La Palma.

El Grupo Mixto - Podemos en el Cabildo Insular de La Palma a través de su portavoz y Consejero Don Dailos González Díaz, y al amparo de lo previsto en el Reglamento de Organización Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, presenta la siguiente moción para su debate y votación por el Pleno.

MOCIÓN DEL GRUPO MIXTO PODEMOS SOBRE LA LEY DEL SUELO:

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS


El pasado mes de marzo se anunció en el B.O.C. Número 50 de 14 de marzo de 2016 la apertura de un periodo de información pública para que cualquier persona física o jurídica que pudiera verse afectada por la aprobación del Anteproyecto de Ley del Suelo de Canarias presentara alegaciones.

Varios temas importantes a tener en cuenta son, entre otros, el reclamo de la ciudadanía a participar de manera activa y directa en las decisiones que repercuten sobre su modo de vida y la gran importancia del documento a aprobar, además de lo complejo que resulta, incluso para las personas entendidas en la materia, analizar un documento de estas características en los cortos períodos que se han establecido, siendo tarea prácticamente imposible para un ciudadano o ciudadana.

Entendemos que la participación ciudadana en las fases previas a la aprobación de las figuras del planeamiento resulta esencial. En tales supuestos está en juego la elección del modelo de ordenación territorial. El conocimiento y la toma de postura sobre ello por parte de la opinión pública es un derecho esencial de la colectividad que debe abrirse a la participación de todos, pues entendemos la participación no sólo como una mera y pasiva posibilidad de que los ciudadanos y ciudadanas opinen y aleguen, sino como un reto que demanda de las administraciones la adopción de planes y medidas de fomento de la implicación de la opinión pública en el debate urbanístico.

Ahora nos encontramos con un Anteproyecto de Ley del Suelo,  en nombre de una supuesta “simplificación”, un galimatías jurídico de 408 artículos, 15 disposiciones adicionales, 23 disposiciones transitorias, 1 derogatoria y 7 finales, cuyo objetivo principal es dejar de ser un instrumento de protección y ordenación del territorio, para convertirse exclusivamente en un documento flexible en función de criterios subjetivos. Se establece una ordenación a golpe de necesidad sobrevenida, que en la mayoría de los casos hace referencia a la creación de riqueza, la lucha contra la crisis económica, la agilización de los trámites al inversor, el mantenimiento de los sectores turísticos y de la construcción, etc. Casi no existen menciones a la protección y defensa de los valores naturales, pues se trata de una ley expansiva, creada para consumir  más suelo y más recursos, en lugar de favorecer la rehabilitación, la reconversión y el futuro de la sostenibilidad.

Parece que el objetivo principal fuera favorecer los beneficios de los inversores y evitar el control que el actual sistema de planeamiento único, sostenible, moderno e inclusivo proporciona. Al menos en teoría, pues en la práctica las conculcaciones al ordenamiento son frecuentes, pero con más posibilidades de ser sancionadas, que es otro de las cosas que, a nuestro juicio, se pretende soslayar con la nueva ley.

Por otra parte, el alcance de la cesión de las competencias de la Comunidad Autónoma a Ayuntamientos y Cabildos “parece no haberse valorado lo suficiente”, según el juicio que hace del Anteproyecto de Ley una institución tan acreditada como la Fundación César Manrique, que dice (citamos textualmente):

“La municipalización de los procesos de aprobación de los instrumentos urbanísticos sienta las bases de preocupantes distorsiones a varios niveles, comenzando por la invitación a generar situaciones dispares a la hora de aplicar la ley (tantas cuantos municipios hay), continuando por las dificultades técnicas, sobrecargas de trabajo, aumento de las presiones y responsabilidades ante tribunales sobrevenidas a las oficinas técnicas locales, para concluir en la inseguridad jurídica que se va a derivar de esta nueva situación y los costes económicos para los ayuntamientos. La escasez de medios y la acumulación de trabajo a los que, por lo general, están sometidas las oficinas de urbanismo de los municipios provocará, sin duda, la externalización [todavía mayor, decimos nosotros] del planeamiento, creciendo la vulnerabilidad de los procedimientos por los intereses privados de los agentes más influyentes.
Pocas dudas caben de la extraordinaria puerta que queda abierta a la conflictividad judicial, cuyas eventuales consecuencias de responsabilidad patrimonial se derivarán hacia las Administraciones locales”.

En conclusión, el Anteproyecto de Ley debilita profundamente  las garantías de respeto a la legalidad, ya que el control previo desaparece. Solo quedaría en pié el de las Secretarías y Servicios Técnicos Municipales, cuyos informes no son vinculantes.

Consideramos completamente inadmisible que la COTMAC pierda su estructura, composición y funciones, quedando relegada a ser un órgano de asesoramiento. Esto supone un enorme paso atrás en la lucha contra la corrupción y los desmanes de los intereses particulares, dado que precisamente la COTMAC es el órgano que analiza los aspectos exclusivamente legales relacionados con los intereses y las competencias supramunicipales, insulares o de la Comunidad Autónoma. 

Por otra parte, el control judicial solo podrá ejercerse a posteriori, previa denuncia, frente a las decisiones ejecutivas de la Administración, con respecto a hechos que pueden dar lugar a situaciones irreversibles.

Otro aspecto a considerar es que con la nueva ley, cualquier proyecto que contara con la previa declaración de “interés insular o comunitario” podría ser aprobado y llevarse a la práctica en cualquier clase de suelo, con independencia de su clasificación  o calificación urbanística, imponiéndose incluso al planeamiento existente en el lugar que se trate. Se podría así, en función de intereses inmediatos, públicos o privados, anular planeamientos previos, poniendo en cuestión principios constitucionales, como la igualdad ante la Ley, la seguridad jurídica y la prohibición de la arbitrariedad de los poderes públicos.

Porque están en juego intereses esenciales que afectan a toda la ciudadanía canaria, para que toda la población pueda decidir en condiciones de igualdad, este Anteproyecto de Ley debe ser sometido a información amplia, a debate público, durante el tiempo necesario como para que la ciudadanía esté suficientemente informada.

No podemos permitir que las ciudadanas y ciudadanos de Canarias no puedan decidir sobre el modelo de desarrollo que quieren para su archipiélago, que este debate esté reducido a unos pocos, ni que se abran puertas para facilitar nuevos tiempos de especulación urbanística. Tenemos que apostar y defender modelos de desarrollo sostenibles y democráticos, que resulten beneficiosos para la mayoría de la población y no para unos pocos.

Colectivos como la Plataforma por un Territorio Sostenible manifiestan al respecto:

Reclamamos el derecho a analizar seriamente los problemas que presenta la gestión del territorio canario tras el crecimiento urbanístico y edificatorio acelerado sufrido entre el final del siglo XX y el comienzo del XXI. El análisis y la búsqueda de soluciones tienen que hacerse de una forma democrática y pausada, aunque sin dilación, con el tiempo para fomentar y conseguir la más amplia participación de todos los sectores de la sociedad.

Este mismo colectivo advierte de que “un urbanismo en el que prime el proyecto frente a la planificación dejará de lado a aquellos municipios y aquellas personas en las que no se considere rentable invertir”, generando así desequilibrios territoriales, agravados por la vía libre a todo tipo de actividades en suelos rústicos y de protección ambiental que pueden terminar afectando no sólo a los valores medioambientales y paisajísticos (entendiendo como paisaje tanto al natural como al antropizado), sino que incluso puede terminar perjudicando a las actividades agro-ganaderas, sector al cual se ha tratado de vender las supuestas ventajas de la ley.

Por todo lo anteriormente expuesto, Podemos propone al Pleno de la Corporación la adopción de siguiente acuerdo:



TEXTO DE LA MOCIÓN


Primero.- Instar al Gobierno de Canarias a que reabra el periodo de información pública por un plazo de seis meses, tiempo que consideramos necesario para un debate amplio de todos los sectores interesados. Durante ese plazo podrán hacerse las alegaciones individuales y colectivas.

Segundo. - Instar al Gobierno de Canarias a impulsar un proceso de participación ciudadana real, que permita el debate y la toma de decisiones de manera colectiva, con el objetivo de elaborar una Ley de Suelo al servicio de la ciudadanía.




El portavoz del Grupo Mixto de Podemos en el Cabildo de La Palma:



Dailos González Díaz



En La Palma, a 22 de julio de 2016.

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