Thursday, May 29, 2014

El folclorismo, enfermedad infantil del independentismo

Los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo deben llevarnos a reflexionar sobre la estrategia más adecuada, concretamente en lo que respecta a la izquierda independentista canaria, anquilosada en un discurso excesivamente culturalista. Cierto que Los Pueblos Deciden logró un europarlamentario, pero se debió, como es lógico, gracias a la fuerza de EH Bildu en Euskal Herria, con una izquierda abertzale fuertemente asentada en los movimientos sociales. Pero hay otros fenómenos y sorpresas, como el ascenso de IU y la irrupción de Podemos, que no podemos dejar pasar de largo. Como nota a tener en cuenta, tanto IU como Podemos lograron en el municipio de Santa Cruz de Tenerife más votos que CC.

Tanto se está hablando sobre Podemos, y diciéndose un montón de cosas, que si es un mero producto mediático, u otras tonterías por el estilo, no nos damos cuenta de que ellos mismos habían explicado su estrategia. A ver, está bien diseñado, no es simplemente un producto televisivo... son profesores de ciencias política de la universidad complutense de Madrid, que citan frecuentemente a Antonio Gramsci y, ellos mismos, han reconocido que han tratado de extrapolar elementos bolivarianos al Estado español (Hugo Chávez al principio tampoco era "ni de izquierdas ni derechas"... y por cierto, el KKE también utiliza ese discurso). Otro elemento clave: Pablo Iglesias fue alumno de Zizek.

Ahora bien, Podemos está ahí y no podemos ignorarlos, y ni siquiera desde la izquierda independentista, si bien debemos diferenciar entre la línea más españolista de Monedero y la más "periférica" de Errejón. Pero también Podemos tiene una responsabilidad muy grande encima, y es que ahora tienen que estar atentos para evitar la llegada de arribistas y trepas... y a la vez también respetar las distintas singularidades y movimientos que ya existen organizados en los distintos territorios, léase EH Bildu, CUP... y en Canarias, antes de que se presente algún grupo como "Podemos" (aunque ya hubo algún círculo), reconocer que ese espacio, al menos en Tenerife, está en Sí Se Puede.

En cuanto a la izquierda independentista, es decir, ANC, UP, debemos hacer autocrítica y replantear muchas cosas, no podemos seguir presentándonos elección tras elección por tres cochinos votos. Por muchos carteles que se pongan, si no se hace llegar el mensaje a la gente lo tenemos crudo. Un mensaje que la gente entienda, pero que sea serio, sincero, sin vender humo, sin caer en chovinismos. Porque pasito a pasito, a ese paso, la independencia sólo la lograremos de aquí a 300 años. Porque "pasito a pasito" es también como están "acumulando fuerza" un marginal PCPE, y no me estoy regodeando de fracasos ajenos, es una pena realmente que el PCPE no sea más fuerte. Y traslado aquí una crítica, eso sí, constructiva, a ANC, puesto que ANC ya en su momento planteó algunas estrategias de "marketing" traídas desde el proceso bolivariano, pero que no fueron las más adecuadas (recordemos el spot electoral con acento venezolano). En cambio, Podemos importó también elementos del proceso bolivariano que, contra todo pronóstico (incluido el pronóstico mío), resultaron exitosas. Reconozcamos esto: los independentistas en Canarias somos tres gatos, de nada vale tratar de llegar a los independentistas si somos pocos... tenemos que hacer que la gente se haga independentista, convencer, y para ello necesitamos formación (¡que no se limite a aprender juego del palo y nombres de cosas en tamazight, por favor! ¡no más folklore!), y ser hegemónicos. ¿Qué ocurre en Catalunya o Euskal Herria? Que mucha gente, en principio no independentista, termina apoyando a proyectos independentistas porque confían en ellos, están allí dando el callo en las luchas sociales, son un referente. La carga simbólica del "guanche", del elemento indigena, ya no aglutina tanto como antes, y está tan desprovista de contenido revolucionario que puede ser fácilmente asumido por la derecha más españolista. De nada nos sirve organizar jornadas guanches, cursos de tamazigh, conmemoraciones de las victorias y fracasos de los héroes indígenas para uso y consumo de los cuatro gatos que somos. El romanticismo puede estar bien, pero hasta cierto punto. Recordemos que algo "tan canario" como las romerías fue, en realidad, un invento del franquismo, en su política cultural españolizante, y que la salida no es cambiar el folclorismo de bandurria y pandereta por el folclorismo de chácara y tambor (y reconozco que, personalmente, sí, me emocina la música de chácara y tambor). No digo tampoco que se rechacen tales elementos, pero nos hemos centrado en demasía en ellos olvidando las necesidades más vitales de la gente de la calle, lo más necesario. Somos revolucionarios y revolucionarias, no animadores socio-culturales. Y ser revolucionario no es tampoco otro tipo de folclorismo de llenarse la boca de palabras grandilocuentes que sólo entendemos nosotros.

En las actuales circunstancias, las estrategias se deben enfocar a la acumulación de fuerzas, y dado que nuestro objetivo es la transformación social y la independencia es simplemente el medio (no es ningún sueño húmedo), debemos plantear como plausible un acercamiento a otras fuerzas de la izquierda que actualmente no son independentistas. ¿eso es renunciar a nuestros principios? De ninguna manera. Pero tampoco podemos pretender que otros reconozcan el hecho colonial canario si ni siquiera nosotros mismos somos capaces de explicarlo. Pues eso, dejémonos de fetichismo y busquemos confluencias en la izquierda siempre insertas dentro de una determinada estrategia, marcando objetivos concretos, bajo una serie de principios básicos de transformación social (no es sumar por sumar, ni hacer un café descafeinado, ni elaborar un programa que parezca la carta a los queridos reyes magos de oriente),

Luego está otro tipo de folcloristas, los estalinistas culturales, los guardianes de la supuesta ortodoxia marxista-leninista, que no hacen más que escolástica, idealistas que en el fondo no son marxistas más allá de la asunción de un par de símbolos, reduciendo el comunismo a mero folclore, a una tribu urbana. Y esos ignorantes son quienes van repartiendo carnets de pureza revolucionaria. En fin...

Nota: Estas reflexiones son personales y no responden necesariamente a la posición política de ninguna organización en concreto, ni siquiera de la mía.

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