Distintos pensamientos vienen a la cabeza tras las elecciones. Buenas noticias, se evitó que gobernara la derecha (y una derecha muy extrema, incluyendo a un PP que fue el que abrió la puerta a Vox normalizando barbaridades en su discurso), pero del PSOE uno no se fía mucho. A nivel estatal los resultados de Unidas Podemos fueron bajos ante la ola de voto útil, pero relativamente buenos en Canarias, repitiendo el compañero Alberto Rodríguez como diputado. Otra cosa son los resultados de La Palma donde se hace evidente que tenemos que construir desde nuestra propia realidad.
Canarias fue de los territorios donde la derecha explícitamente extrema no obtuvo representación. Pero no me esperaba ese crecimiento de una CC cada vez más españolista que pareciera querer convertirse en una especie de UPN.
En fin, reitero, no termino de fiarme del PSOE. Esperemos que tengamos suficiente fuerza de presión.
Ahora queda la batalla de verdad contra la extrema derecha. En este caso no se trata sólo de lo electoral, sino de algo más complejo y que me causa más inquietud: la cantidad de gente normal en la calle capaz de defender barbaridades. Fue el PP de Casado quien empezó a normalizar barbaridades de extrema derecha haciéndolas "asumibles", abriéndole la puerta a Vox. Ahora la batalla es por las ideas y lograr que esas ideas fascistizantes y reaccionarias vuelvan a no ser asumibles, pues la vida digna de muchas personas depende de ello, de no salir con miedo a la calle.
En cuanto al PSOE, se quedará en lo superficial, una marca progresista que quedará muy de izquierda sólo si lo comparamos con la derecha extrema, pero le falta algo: propuestas económicas en beneficio de la gente y no de las grandes empresas y el sector privado.
Dailos González Díaz
Dailos González Díaz
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