Acuerdo para
garantizar los derechos de las niñas y niños a una infancia feliz e
igualitaria; celebrando, "La Gala por la Infancia" o “Día infantil”
en sustitución de los concursos de belleza infantil denominado en la
actualidad: "Gala de la Reina Infantil".
Exposición de
motivos:
En
el año 2015, con motivo de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de
Nuestra Señora de La Nieves, distintos colectivos y asociaciones de la isla de
La Palma como Mujeres Jeribilla, Mareando, Tagoror de Amigos de Fuencaliente o
Asamblea La Calle, emitieron un comunicado en el cual advertían de las
connotaciones que subyacían detrás de la celebración de actos como “elección de
la reina infantil”, suponiendo esto una cosificación de la infancia y la
imposición a las niñas de una serie de valores y cánones estéticos que no hacen
sino aumentar las desigualdades de género y alimentar una serie de roles
culturales sobre lo masculino y lo femenino.
El
pasado mes de febrero, el debate volvió a salir a la palestra a raíz del cartel
que anunciaba el acto de elección de Reina Infantil del Carnaval de Arrecife,
en la isla de Lanzarote, en el cual una niña aparecía maquillada como si fuera
una adulta. Por eso, la Asociación Rural de Mujeres Tiemar hiciera público el
pasado martes su rechazo a la "niña-mujer estereotipada que muestran
algunos carteles de candidatas a reina infantil
Fuera
de nuestras islas, en septiembre de 2013, el Senado francés aprobó por mayoría
prohibir que los niños y niñas menores de 16 años puedan participar en
concursos de belleza. Una iniciativa llevada a cabo para defender sus derechos,
en especial los de las niñas. Esta propuesta se enmarca dentro de una ley sobre
la igualdad sexual que, entre otras cosas, lucha contra la “hipersexualización”
de las niñas: “No permitamos que nuestras niñas piensen que solo valen por su
apariencia”, dijo la autora del informe y senadora de la UPM, Chantal Jouanno.
Remarca que luchan para que se tenga en cuenta su inteligencia, no solo la
apariencia física. Además la enmienda sostiene que busca proteger a las niñas
del peligro a ser obligadas prematuramente a adoptar roles de seducción que
afecten a su desarrollo. De incumplir esta norma, contenida dentro de una ley
sobre los derechos de las mujeres, los organizadores de estos eventos o
cualquiera que inscriba a un/una menor en uno de estos concursos se enfrentarán
a una sanción de hasta dos años de prisión y multas por valor de 30.000 euros
para cualquier persona que “ayude, aliente o tolere” la participación de las
niñas en los concursos.
En
2011 el Reino Unido se estudiaba frenar la 'sexualización' y el uso comercial
de las niñas y niños en Internet y en los mensajes publicitarios. La conclusión
inmediata fue la de protegerles de esos peligros. Los expertos advertían que en
España había poca conciencia del fenómeno. Por encargo del Gobierno laborista,
la psicóloga Linda Papadopoulos, profesora de la Universidad Metropolitana de
Londres, estudió más concretamente las consecuencias de la sexualización de las
menores. Sus conclusiones fueron más drásticas y sus recomendaciones alternaban
el trabajo preventivo, sobre todo a través de la educación y la concienciación
sobre la igualdad de género entre las niñas y niños; así como el trabajo en
común con familias, colegio, responsables de la sanidad, publicidad, comercio y
política.
La
educación. Ahí es donde ponen el foco las y los especialistas para desterrar
definitivamente los brotes de machismo. Y esta labor de concienciación se debe
llevar a cabo en todos los ámbitos de la vida familiar, social y política.
Hacer de las mujeres cosas, objetos de placer, es inhumano y exacerba y
justifica la violencia contra las mujeres y las niñas y es ahí donde tenemos
que invertir desde las instituciones públicas todo nuestro esfuerzo para cortar
de raíz el machismo, el sexismo y la desigualdad que lo reproduce.
En
Canarias han sido “tradicionales” los concursos de belleza infantil, que se
muestran bajo nombres diversos que los “disfrazan” como “Gala de la Reina
Infantil” en las diferentes Fiestas Populares de nuestras islas, “tradiciones”
que, en algunos casos, tienen en realidad pocos años de antigüedad. Son cientos
de menores que cada año son exhibidas para que desde pequeñas aprendan la
“agradabilidad social”, “a gustar a los demás”, “a ser dóciles”, como
imposición de un sistema de valores machistas que pretende perpetuarse en las
nuevas generaciones. En dichas galas se muestra a cantidad de niñas vestidas de
princesas, en trajes de noche, de coctel o incluso en traje de baño para
competir acerca de quién es la "más guapa", la "más simpática",
la "más sonriente" y un sinfín de "la más". Dichos
concursos promueven en nuestras pequeñas la idea de que serán valoradas y
aceptadas dentro de la comunidad por su aspecto físico en base a unos cánones
de belleza sociales marcado por la moda y la publicidad de marcado carácter
sexista.
La
mayoría de estas niñas para ser aspirantes a Reina Infantil de las Fiestas
tendrán que tener entre 4 a 9 años de edad. Un estudio publicado en la revista
Science refleja que las niñas aprenden a subestimar a su propio género desde
los 6 años. Las niñas de 6 años tienen menos tendencia a pensar que personas de
su género puedan ser brillantes, comparadas con los niños. Así lo dice un
estudio publicado en la revista Science que también ha descubierto que las
niñas a esta edad suelen alejarse más que los niños de actividades
supuestamente para “muy, muy listos”. Los resultados demuestran una tendencia
preocupante, dado que las aspiraciones académicas de hombres y mujeres jóvenes
se basan en estereotipos de género. Este estudio nos muestra lo pronto que
cristalizan los estereotipos de género en las niñas y cómo asocian por defecto
que cuando se habla de una persona “brillante” se está hablando de un niño. El
trabajo ha sido liderado por Lin Bian, estudiante de doctorando de la
Universidad de Illinois y la profesora de psicología Andrei Cimpian, quienes
aseguran que este tipo de estereotipos tienen un impacto a largo plazo en la
vida de las mujeres. “Aunque el estereotipo de asociar la brillantez con los
hombres no se ajuste a la realidad, puede pasar factura en las aspiraciones de
las chicas y en sus futuras carreras". Las autoras creen que es posible
que estos factores condicionen su carrera de por vida. Es por lo que se hace
necesario y urgente romper la dinámica de estos festivales de "Ser para
gustar" a "Ser para crear" poniendo en valor la
inteligencia y la creatividad de
nuestras niñas en condiciones de igualdad.
Anadir
también que estos actos son subvencionados con dinero público, desde las áreas
de cultura o desde los propios fondos de los ayuntamientos a las comisiones de
fiestas. A todas esas niñas, se les
otorgará el título de "Dama de Honor" imponiéndoles una banda por
parte de un concejal o concejala de igualdad o de cultura (ironías de la vida).
Pero sólo será una niña, la elegida como “la más guapa y más simpática” la que
se verá coronada en su inocente cabecita con el sexismo y el machismo más
recalcitrante declarándola; ¡Reina Infantil de la Fiesta!.
El
artículo 14 de la Constitución española proclama el derecho a la igualdad y a
la no discriminación por razón de sexo. Por su parte, el artículo 9.2 consagra
la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y
efectivas; removiendo los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud.
Las
fiestas de los pueblos no son inmunes al machismo social. Es por lo tanto que
se hace urgente tomar medidas en apoyo y consolidación de nuestras leyes; para
poder así remover estos eventos de la vida de miles de niñas y niños de La
Palma que se ven sometidas a la presión social acerca de su estética e
identidad personal y poder transformarlos en un espacio para la igualdad, la solidaridad
y la creatividad. El Machismo es una Enfermedad de transmisión social y su
vacuna se encuentra en la educación de estos menores desde temprana edad. Ya
que de lo contrario estas prácticas estarían legitimando, la discriminación, el
sexismo y el machismo a través de las instituciones públicas y sus
representantes que, de acuerdo con las leyes de igualdad entre hombres y
mujeres que están en vigor, deberían fomentar precisamente todo lo contrario en
aras de promover la igualdad, y por tanto deberían de evitar a nuestras niñas
la dolorosa experiencia de sentir en sus carnes la cosificación* y el
escarnio social al no SER “lo suficientemente guapas”, sin mayor perspectiva
para estas menores que la de sentir que valen lo que vale su apariencia física.
Malos
tiempos para la inocencia cuando alcaldes y concejales animan a las niñas a
participar en estos actos de violencia simbólica e institucional como los
descritos anteriormente, en vez de protegerlas de la necesidad compulsiva de
agradar, de ser exhibidas y valoradas en base a un ideal de belleza clónica, a
un modelo estereotipado.
Un
asunto muy serio que al estar consagrado como tradición, no deja de ser una
práctica sexista* que somete al género femenino a unos roles y actitudes
estereotipadas que pueden marcar la construcción de la identidad de estas
menores en un sentido claramente discriminatorio.
·
Cosificación: acto de representar o tratar a
una persona como un objeto no pensante que solo sirve para satisfacer los
deseos del otro. La cosificación sexual consiste en ignorar las cualidades,
inteligencia, deseos o sentimientos de una persona y reducir todos sus
atributos al deleite sexual de otra persona.
·
El
sexismo
se refiere a todas aquellas prácticas y actitudes que promueven el trato
diferenciado de las personas en razón de su sexo biológico, del cual se asumen características y
comportamientos que se espera, las mujeres y los hombres, actúen
cotidianamente. Las prácticas sexistas afectan principalmente a las mujeres
dada la vigencia de creencias culturales que las consideran inferiores o
desiguales a los hombres por naturaleza.
Muchas
de estas actuaciones se han permitido en el tiempo debido a que son un caladero
de votos para las corporaciones locales, ya que se imbrican en actividades que
suelen ser populares, donde tanto concejales como alcaldes tienen una actuación
destacada y simbólica en todo este decadente espectáculo. Pero los poderes
políticos no debemos actuar ni por tradición ni por rentabilidad electoral.
Debemos de proceder con responsabilidad ante estos atropellos socialmente
aceptados, desempeñando nuestra labor en base a derechos constitucionales que
promuevan y preserven la salud y la igualdad entre nuestras menores. Es
lamentable que generaciones de niñas palmeras y canarias hayan integrado desde
su más tierna infancia la desigualdad de los sexos en sus propias carnes con el
aplauso de familia, comunidad e instituciones públicas, mientras que lo
correcto y educativamente válido debería ser el velar por su salud en un
contexto igualitario, fomentando su identidad como lo que son ¡Niñas! Y sobre
todo, seres humanos imperfectas, singulares, diversas, pero no muñecas de
ficción.
Como
señalaba el comunicado lanzado en su día a la opinión pública por varios
colectivos de la isla de La Palma, este tipo de festivales suponen “un terrible
ejercicio de cosificación de los cuerpos
de las niñas, ha logrado ser un evento más en las fiestas locales de las islas.
La población ha terminado normalizando y celebrando con entusiasmo y a lo
grande dicho evento sin plantearse los elementos machistas y perversos que este
tipo de concursos provoca en nuestra sociedad. El poder patriarcal ha logrado
introducir en nuestros discursos el tema de la belleza estereotipada de la
mujer, como algo “natural”, constituyendo nuestros esquemas mentales desde una
construcción misógina de la sociedad. Pero no olvidemos que, fruto de esta
socialización, lo que obtenemos es un tipo de violencia simbólica.”
Prosigue
el comunicado exponiendo las razones de su rechazo a este tipo de eventos:
·
Primero, porque este tipo de concursos forma parte de
un juego de adultos, donde son
ellos mismos, de hecho, quienes eligen a la “más bella”. Esto, lejos de suponer
un juego de niños y niñas donde la diversión, el aprendizaje y la cooperación
formen parte del desarrollo infantil, se acerca más a una competición donde las
niñas actúan como sujetos pasivos en una vitrina, disponibles para ser elegidas
por los adultos del jurado.
·
Segundo, y a consecuencia del primero, este tipo de
pasividad y disponibilidad de las niñas en la pasarela es la simbología
perfecta de lo que inmediatamente después, en la edad adulta, obtenemos en una
sociedad llena de violencia hacia las mujeres. Mujeres cosificadas en la publicidad, mujeres que
esperan al príncipe azul en su castillo, mujeres sometidas a operaciones
perversas para alcanzar una belleza inalcanzable, mujeres con autoestima por
los suelos, mujeres con trastornos alimentarios como anorexia o bulimia, etc
·
Tercero, los certámenes de belleza provoca
necesariamente la construcción simbólica de las mujeres como objeto y con ello, la transformación de las mujeres en
mercancía disponibles para ser seleccionadas por su “belleza” en la vida
cotidiana.
·
La cuarta consecuencia, entre las miles que se nos
ocurren, es también la perversa definición de belleza que se introduce en las
mentes de la sociedad con este tipo de certámenes. Una belleza “sublime” e inalcanzable, que, como
decíamos en el primer apartado, trae consigo hasta muertes por trastornos alimentarios.
Un canon de belleza que expone como modelo a seguir, mujeres estilizadas hasta
la angustia, irreales y carentes de vida.
Esto, señores y señoras, es un ejercicio de violencia
institucional y simbólica que desde nuestro punto de vista es inadmisible y
necesario erradicar. Esta exhibición de niñas que muestran su cuerpo y rostro
para ser elegidas por un jurado adulto, no sólo forma parte de un juego
machista y perverso, sino que además, al someterlas a esta aberración, estamos
siendo cómplices del despojo de una infancia que merece ser vivida desde el
aprendizaje de valores, la diversión y la cooperación. Una infancia donde los
niños y las niñas jueguen en armonía con su condición infantil.
Los
y las representantes políticos tenemos una gran responsabilidad ya que tenemos
la obligación de fortalecer una cultura de respeto de las personas, así como el
deber de emitir mensajes libres de toda forma de discriminación. Las expertas
han advertido que esta tendencia a la hipersexualización* de las personas
preadolescentes debilita su equilibrio psicoafectivo y la construcción de su
identidad. Existen informes de psicólogas y terapeutas que han alertado de los
riesgos de la hipersexualización en las niñas, e incluso han relacionado este
fenómeno con la anorexia y bulimia en la adolescencia.
Canarias
es la comunidad con mayor incidencia de la violencia machista, liderando a
todas las comunidades autónomas españolas, según datos del CGPJ con una ratio
de 22,5 % por cada 10.000 mujeres. Los datos sobre casos de violencia de género
en menores de edad en el Archipiélago son preocupantes. En el año 2015 se
apreció un crecimiento del 35% en el número de jóvenes que fueron atendidas por
esta lacra social y aumentó casi el 60% los casos en los que se solicitó una orden
de alejamiento entre menores*.
·
Hipersexualización es un concepto
acuñado por la sexóloga canadiense Jocelyne Robert, y hace referencia a la
erotización de posturas, vestimenta y expresiones en infantes.
·
Canarias
es la comunidad autónoma con mayor proporción de prisioneros por cometer actos
tipificados como violencia de género por cada millón de hombres. El último
informe anual del Observatorio Estatal sobre la incidencia del maltrato
machista pone en evidencia que Melilla (634,6) y el Archipiélago (431,9) son
las regiones con las tasas más altas. El estudio, que recoge datos del año
2014, revela, además, que las Islas son la comunidad con la tasa más elevada de
varones que ya han cumplido los 50 años y están encarcelados por haber agredido
a una mujer.
Canarias,
seguida de Andalucía, también era en 2014 la comunidad autónoma con más mujeres
mayores de 16 años perceptoras de la renta activa de inserción por su condición
de víctima de violencia de género. El Archipiélago también se encuentra entre
las cinco regiones con más proporción de dispositivos electrónicos activos de
localización para evitar que los maltratadores se acerquen a las víctimas. La
extensión de esta lacra queda reflejada igualmente en otros indicadores que
recoge el estudio. El registro de llamadas al 016, el teléfono de atención para
víctimas de violencia de género, da cuenta de la dura situación que atraviesan
muchas mujeres que residen en el Archipiélago.
Estos
preocupantes datos nos obligan a realizar una reflexión y hacer mayor hincapié
en la prevención para evitar la violencia machista en la sociedad. Sería de
vital importancia dejar de celebrar actos donde la violencia simbólica se va
construyendo alrededor de la niña a través de la tradición, la cultura y las fiestas. Es hora de dar paso a nuevos
roles más empoderantes*; justos e igualitarios entre nuestras menores.
·
Empoderamiento: del inglés empowerment, es el
proceso por el cual las mujeres y los grupos tradicional o históricamente
desfavorecidos ganan confianza, visión y protagonismo para impulsar cambios
positivos en las situaciones de desigualdad en las que viven.
Patriarcado
y Política se dan la mano en este lamentable y caduco espectáculo. Resulta
intolerable a la conciencia que en pleno siglo XXI nuestras niñas y niños vean
vulnerados sus más elementales derechos a una infancia feliz por mucho que se
quieran legitimar estos actos en nombre de la tradición y la costumbre. Ya
conocemos tradiciones y costumbres que han sido borradas por violentar los más
básicos derechos de las mujeres a lo largo de la historia.
Es
hora de mirar hacia nuevas formas culturales de construir propuestas mucho más
respetuosas con los derechos de la Infancia y con la igualdad. Es hora de
imprimir nuevos símbolos que abran
horizontes más justos e igualitarios; como así recoge "La
Convención de los Derechos de la niña y el niño" en su Artículo 31, en sus
apartados 1 y 2 cuando reconoce que:
1.
Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el
esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a
participar libremente en la vida cultural y en las artes.
2.
Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar
plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades
apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural,
artística, recreativa y de esparcimiento.
En
el marco de las políticas de igualdad de género y de diversidad sexual, éste
Cabildo debería de incorporar la propuesta aquí expuesta para una mayor
eficacia de sus políticas a desarrollar, y poder así reorientar este tipo de
eventos de "Galas de Reinas Infantiles" en coordinación con las áreas
de igualdad de los respectivos ayuntamientos. Las administraciones locales
implantarán a través de un protocolo de actuación previamente elaborado en una
mesa de trabajo, donde estarán sentados
los diferentes responsables de áreas de igualdad de las diferentes instituciones
públicas, colectivos LGBTI, feministas,
sociales, educadores y artistas comprometidos con la infancia, para dar así un
nuevo enfoque a dichos actos populares y reorientarlos en sus contenidos de tal
manera que se desarrollen a partir de distintas actividades lúdicas creativas
llevada a cabo por las y los menores y que integren unos valores justos,
inclusivos e igualitarios.
Este
protocolo deberá entrar en funcionamiento durante este año de 2017 y se les
hará llegar a todas las Comisiones de Fiestas municipales, así como será
incorporado en todas las Webs oficiales de los distintos Ayuntamientos, Cabildo
y Gobierno de Canarias, siendo el mismo de obligado cumplimiento por parte de
las correspondientes comisiones promotoras de las Fiestas Populares o
Patronales.
Será de la colaboración nacida entre Gobierno de Canarias,
Cabildo de La Palma, Ayuntamientos de la Isla y Comisiones de Fiestas de cada
pueblo, de donde surgirán nuevas sinergias que harán posible que "La Gala de la Reina Infantil " de
cada pueblo sea reconvertida por una "Gala por la Infancia",
"Fiesta de la Infancia" o “Día infantil” (como, de hecho, ya existe
con esta última denominación en algunas fiestas de barrios y pueblos).
Es
por lo que dichos Festivales deberán de promover y consagrar los derechos de la
infancia, la creatividad, la cooperación y la solidaridad y para ello se
valdrán de las diversa actuaciones artísticas que permitirán que se muestren
las niñas y niños por sus talentos personales o colectivos en sus distintas
vertientes: musical, baile, poesía, teatro, etc., donde cada una, cada uno sea
respetado en su identidad y diversidad y ayude con ello a construir una
sociedad más igualitaria, inclusiva y respetuosa. Esta "Gala por la
Infancia" o “Día Infantil” tendrá como uno de sus objetivos que los y las
menores puedan disfrutar y divertirse a la vez que conocen de primera mano sus
derechos, y celebrar así, estos logros en comunión con la sociedad a través del
arte y la cultura como elemento de reivindicación y de transformación social.
Por todas las razones expuestas, este consejero no
adscrito propone al Pleno del Cabildo Insular de La Palma la adopción de los
siguientes acuerdos:
ACUERDO para garantizar los derechos de las
niñas y niños a una infancia feliz e igualitaria, celebrando “La Gala por la Infancia”
o “Día Infantil” en sustitución del concurso de belleza infantil denominado
“Gala de la Reina Infantil”
1.
Instar
a los ayuntamientos a reorientar las galas de belleza infantil denominadas como
"Gala de la Reina Infantil" en las fiestas populares como tradición
de la desigualdad y el machismo y que en su lugar se reconviertan en
"Fiesta por la Infancia" implicando a las Comisiones de los barrios
en las mismas. Un festival que consagre los derechos de las/los menores,
acompañado de sus talentos personales o colectivos, en sus distintas
vertientes: musical, baile, poesía, teatro etc., donde cada niña, cada niño sea
respetado en su identidad diversa.
2.
Elaborar
un protocolo de actuación con colectivos LGTBI, feministas, sociales,
educadores sociales, artistas implicados en la igualdad para educar una
Infancia en valores más justos, más igualitarios más modernos, vinculados a lo
lúdico infantil. Dicho protocolo estará en funcionamiento druante de este año y
será de obligado cumplimiento por parte de las comisiones de Fiestas de cada
pueblo, incorporándose el mismo a la Web
de los distintos Ayuntamientos, Cabildo de La Palma y Gobierno de Canarias. Se
tendrá en cuenta, y se coordinará, con el Plan Estratégico para la Diversidad
Sexual y de Género Isla de La Palma 2017, actualmente en debate.
3.
Llevar
a cabo una campaña de publicidad explicativa de este paso de “Gala de la Reina”
a “Fiesta por la Infancia” o las denominaciones por las que, finalmente, se
opte.
4.
No
aportar fondos públicos por parte de las instituciones insulares a este tipo de
concurso y convocatorias infantiles.
5.
Instar
a todos los Ayuntamientos de la Isla a no aportar fondos públicos para promover
el machismo y la desigualdad en las mujeres a las comisiones de Fiesta que
celebren la "Elección de la Reina de la Gala Infantil" así como
instar a sus cargos públicos a no participar de la misma en su condición de
representantes institucionales.
6.
Retirar
todo tipo de ayudas a las comisiones de Fiestas que celebren dicha Gala de
Reina Infantil como medida de presión ante el incumplimiento del protocolo de
igualdad.
En
Santa Cruz de La Palma, a 14 de marzo de 2017
Dailos
González Díaz
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