Se acerca, acecha el monstruo en cada esquina, instalado en su trono. Se va a imponer una reforma laboral que supondrá un nuevo brutal recorte en los derechos que la clase trabajadora logró conquistar tras muchos años de lucha, sudor y sangre. Ahora, como si nada, nos los arrebatan en esta nueva época en la que la dictadura de la burguesía se impone con una fuerza inusitada, una ofensiva contra los derechos y la dignidad de la mayoría de la población para que una minoría aumente sus privilegios.
La excusa de la crisis está sirviendo para que los culpables de la misma impongan nuevas cadenas con las que oprimirnos y exprimirnos. En sus medios manipulan incluso sobre la propia naturaleza de la llamada "crisis", haciendo creer que es el exesivo gasto público, cuando es lo contrario, es la invención de un dinero que no existe por medio de la especulación, el capitalismo financiero. Pero con el miedo a la crisis atan a las personas de pies y manos para que no se muevan y acepten sin rechistar este retroceso al siglo XIX. La falta de formación y conciencia crítica puede hacer que la gente se deje arrastrar por discursos neopopulistas y neofascistas, de políticos "antipolíticos", con tal de que no se cuestione el poder de la banca y del empresariado cuyo poder reside siempre, sin excepción, en la explotación de la clase obrera.
Es necesario incidir en la conciención y la formación, pero también, sobre todo, en la movilización. Es necesaria y urgente la lucha sindical, y ello implica acabar con los pseudsindicatos que se han convertido en un mero instrumento de la patronal para impedir cualquier respuesta obrera: hablo de CCOO y UGT. La protesta debe oirse en la calle como ya se está oyendo en Grecia, donde el pueblo lucha contra las dictaduras de los gobiernos "tecnócratas".
El propio gobierno del PP reconoce que la nueva reforma laboral no va a crear empleo, pese a que endurecerá las condiciones laborales a las que el proletariado se encuentra sometido. Los patrones, el empresariado, puede pasarse por sus genitales los convenios colectivos y reducir los salarios porque les da la gana. Los ricos cada vez están siendo más ricos y los pobres más pobres. Lo siento mucho, esto no lo arreglamos entre todos, y esto no se arregla ya con un acuerdo entre trabajadores y empresarios en los que la posición del empresario que tiene el poder siempre prevalecerá contra la de la mayoría. Esto se arregla con una revolución. El capitalismo no nos sirve ni nunca nos sirvió. La gente debe salir a la calle y luchar, no por conservar los derechos que nos han ido robando, sino por lograr nuevos derechos, por lograr la justicia y acabar con este sistema que nos oprime.
En unos tiempos en los que la palabra "socialismo" ha sido desprestigiada por un partido derechista, capitalista y antisocialista llamado PSOE, que en poco se diferencia del PP, debemos luchar por el verdadero socialismo, que implica la toma del poder por parte de la clase trabajadora, arrebatando la propiedad de los medios de producción a la burguesía y luchar por una nueva sociedad justa e igualitaria.
La excusa de la crisis está sirviendo para que los culpables de la misma impongan nuevas cadenas con las que oprimirnos y exprimirnos. En sus medios manipulan incluso sobre la propia naturaleza de la llamada "crisis", haciendo creer que es el exesivo gasto público, cuando es lo contrario, es la invención de un dinero que no existe por medio de la especulación, el capitalismo financiero. Pero con el miedo a la crisis atan a las personas de pies y manos para que no se muevan y acepten sin rechistar este retroceso al siglo XIX. La falta de formación y conciencia crítica puede hacer que la gente se deje arrastrar por discursos neopopulistas y neofascistas, de políticos "antipolíticos", con tal de que no se cuestione el poder de la banca y del empresariado cuyo poder reside siempre, sin excepción, en la explotación de la clase obrera.
Es necesario incidir en la conciención y la formación, pero también, sobre todo, en la movilización. Es necesaria y urgente la lucha sindical, y ello implica acabar con los pseudsindicatos que se han convertido en un mero instrumento de la patronal para impedir cualquier respuesta obrera: hablo de CCOO y UGT. La protesta debe oirse en la calle como ya se está oyendo en Grecia, donde el pueblo lucha contra las dictaduras de los gobiernos "tecnócratas".
El propio gobierno del PP reconoce que la nueva reforma laboral no va a crear empleo, pese a que endurecerá las condiciones laborales a las que el proletariado se encuentra sometido. Los patrones, el empresariado, puede pasarse por sus genitales los convenios colectivos y reducir los salarios porque les da la gana. Los ricos cada vez están siendo más ricos y los pobres más pobres. Lo siento mucho, esto no lo arreglamos entre todos, y esto no se arregla ya con un acuerdo entre trabajadores y empresarios en los que la posición del empresario que tiene el poder siempre prevalecerá contra la de la mayoría. Esto se arregla con una revolución. El capitalismo no nos sirve ni nunca nos sirvió. La gente debe salir a la calle y luchar, no por conservar los derechos que nos han ido robando, sino por lograr nuevos derechos, por lograr la justicia y acabar con este sistema que nos oprime.
En unos tiempos en los que la palabra "socialismo" ha sido desprestigiada por un partido derechista, capitalista y antisocialista llamado PSOE, que en poco se diferencia del PP, debemos luchar por el verdadero socialismo, que implica la toma del poder por parte de la clase trabajadora, arrebatando la propiedad de los medios de producción a la burguesía y luchar por una nueva sociedad justa e igualitaria.
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