Bin Laden y el fin del culebrón (CONTINUARÁ...)

¿Nace una estrella?

A mediados del 98, la Casa Blanca, lanza otro villano a la cartelera mundial; responde al nombre artístico de Osama Bin Laden, es fundamentalista islámico, lleva barba y turbante, y en el regazo acaricia un fusil. ¿Hará carrera esta nueva figura estelar? ¿Tendrá buena taquilla? ¿Logrará demoler los cimientos de la civilización occidental, o será no más que un actor secundario? En el cine de terror, nunca se sabe.

Eduardo Galeano, "Patas arriba. La escuela del mundo al revés", 1998.

¿Qué quieren que les diga? No me creo nada del nuevo circo que montaron con la supuesta muerte del enemigo público número uno, la gran estrella televisiva, Usāma bin Muhammad bin `Awad bin Lādin, más conocido como Osama Bin Laden (o Bin Laden a secas, pese a que hay otros Bin Laden, hermanos de nuestro personaje, con muy buenas relaciones en el mundo de los negocios con las altas esfereas del poder en EEUU).
No, uno nunca ha sido amigo de la llamada "conspiranoia", pero hay que ser muy ingenuo y creer todavía en los reyes magos para creerse toda esta historia de que, por fin, se dio caza a Bin Laden... pero no hay cuerpo, lo botaron al mar. No hace falta que hablemos de la lejanía de Abbottabad, lugar donde fue abatido "mister Bin", con respecto al mar. Pero no está de más recordar que, en su momento, los propios EEUU financiaron a Bin Laden y a varios grupos fundamentalistas durante la Guerra de Afganistán que, con la excusa de hacer frente a la "invasión" soviética, acabaron con una esperanzadora república progresista en ese país y lo hicieron retroceder a una de las barbaries más atroces, con una visión cerrada del Islam muy alejada de las distintas edades de oro de las culturas musulmanas (con todos los matices que queramos ponerle). También hay que recordar que, ya en el 2007, la ex-primera ministra paquistaní Benazir Bhuto dijo en una entrevista que Bin Laden, en realidad, ya estaba muerto... al mes y medio Benazir Bhuto es víctima de un atentado en el que pierde la vida.

Después de bombardear dos países y asesinar a miles de personas para, supuestamente, buscar a un sólo hombre, de golpe y porrazo se lo encuentran y... se deshacen del cadaver.

Lo cierto es que antes los montajes los hacían más creíbles. Ahora ni siquiera hacen exhibir fotografías. Tras una primera fotografía más falsa que una moneda de 3 €, que más que photoshop parecía paint, surge una segunda versión, según la cual, lo matarón, botaron al mar y no se hizo ninguna imagen. Ahora están debatiendo si montar o no alguna imagen más currada con el photoshop, mientras nos entretienen con la excusa de "es para no cabrear a los de Al-Qaeda, habrá que ver si es adecuado o no publicarla". Eso sí, se difunde una fotografía de Obama y su gabinete mientras, supuestamente, veían en directo toda la operación contra Bin Laden.
¿Qué quieren que les diga? No sé si estan viendo la muerte de Bin Laden o el Madrid-Barça.
Resulta muy difícil hacer un análisis serio y riguroso ante tanto absurdo. Así que les recomiendo el artículo de Pedro Antonio Honrubia Hurtado titulado Bin Esponja, para reirse un rato y, para reflexionar más, Bin Laden ya no vive aquí, de Juan Carlos Monedero.

Mientras Alan García, para continuar con la hora del humor, atribuye (muy serio él) todo esto a un milagro del recién beatificado Karol Wojtyla, Obama anuncia alerta máxima ante posibles represalias terroristas. ¿Qué se creían? El círco continúa... Es lo que tiene Holliwood, a falta de guionistas con ideas, cuando una película tiene éxito, preparan enseguida la secuela, así que finalmente observamos en pantallas las imagenes de un plácido mar donde comienzan a salir burbujitas hasta que, finalmente, asoma la cabeza nuestro demonio particular mientras abajo aparece el rótulo CONTINUARÁ...