Dailos González Díaz

Aunque el título del artículo hace referencia a los anuncios de Opel, la industria automovilística alemana está de moda estos días por otra empresa. Ahora estalla el escándalo Volskwagen, esa empresa creada por la Alemania nazi. Parece ser que las prioridades en investigación e innovación de Volskwagen no estaban en reducir la emisión de gases contaminantes, sino en diseñar un software que detectara cuando sus vehículos estaban siendo inspeccionados para falsear el registro de los gases tóxicos. Es evidente que el diseño e implementación de este software también costaría su dinero, un dinero que podría haberse invertido en diseñar coches menos contaminantes en vez de este fraude.
Estallan los tópicos. La picaresca española frente a la seriedad y cálculo alemanes, todo queda en entredicho. Claro que la industria automovilística del Estado español también está metida en el asunto, pues la tan española Seat es actualmente una filial de Volskwagen (como Opel lo es de la estadounidense General Motors), algo que el ministro Soria no parece entender. También estalla otro tópico, que el propio desarrollo del capitalismo propiciaría tecnologías menos contaminantes y sostenibles… en cambio sí se confirma algo que no es para nada un tópico: las grandes empresas buscan siempre su máximo beneficio pasando por encima de derechos laborales, legislación y responsabilidad medioambiental. Esperemos ahora que no sean los trabajadores y trabajadoras de las plantas automovilísticas quienes terminen pagando un fraude responsabilidad de los directivos de la multinacional, aunque, de alguna manera, todo el planeta ha estado pagando los resultados de las emisiones contaminantes de un gran número de vehículo.
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